¿Te sobraron bolillos y no sabes qué hacer con ellos? Antes de tirarlos, mejor conviértelos en un postre delicioso y económico: budín de pan. Este clásico postre casero aprovecha el pan duro de días anteriores y lo transforma en un platillo dulce, suave por dentro y con costra dorada por fuera. Además, puedes prepararlo con ingredientes que seguramente ya tienes en casa.
El budín de pan es una de esas recetas que muchas abuelas hacían sin complicarse demasiado en la cocina. Solo necesitaban leche, huevos, azúcar y un poco de vainilla. El resultado es un exquisito postre, ideal para acompañar el café, servir como merienda o incluso para un antojo nocturno sin gastar mucho.
Lo mejor es que puedes personalizarlo con lo que tengas a la mano: pasas, canela, nueces, coco rallado o hasta chispas de chocolate. Esta receta es la base, pero tú puedes darle el toque que más te guste. Aquí te dejamos el paso a paso para preparar un budín de pan con bolillos duros que te va a sacar de apuros, y que estamos seguros te va a conquistar desde la primera mordida.
Budín de pan casero | RECETA
Ingredientes:
- 4 bolillos duros (pueden ser de días anteriores)
- 2 tazas de leche
- 3 huevos
- ½ taza de azúcar
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de canela en polvo (opcional)
- ½ taza de pasas o nueces (opcional)
- Caramelo líquido (puedes hacerlo en casa con azúcar y agua)
Preparación:
- Precalienta el horno a 180°C y engrasa un molde mediano. Si lo prefieres, cubre el fondo con caramelo líquido para darle un toque más especial.
- Desmorona los bolillos en trozos pequeños y colócalos en un recipiente grande. Vierte la leche caliente sobre el pan y deja reposar 10 minutos para que se suavicen.
- En otro tazón, bate los huevos con el azúcar, la vainilla y la canela. Una vez bien mezclado, agrégalo al recipiente con el pan remojado. Si vas a usar pasas o nueces, intégralas en este momento.
- Vierte toda la mezcla en el molde y hornea durante 45 a 50 minutos, o hasta que al insertar un palillo salga limpio.
- Deja enfriar y desmolda con cuidado. Puedes servirlo frío o tibio, solo o con un poco de leche condensada, cajeta o mermelada.
