Si alguna vez has comprado chocolate semiamargo y te decepcionó su sabor poco dulce y muy alejado del chocolate con leche, probablemente estés buscando una opción mucho menos intensa y amarga. Aunque es ideal para muchas recetas, a veces buscamos algo que tenga un sabor más suave y dulce, sobre todo si lo que queremos es usarlo en postres o para un momento dulce y simple.
Existen muchas formas de suavizar el chocolate amargo sin necesidad de cambiar completamente el producto. Algunas técnicas de las que te vamos a enseñar hoy permiten endulzarlo de forma efectiva y práctica en casa, aunque es importante tener en cuenta que el resultado final va a variar dependiendo del método que elijas y la finalidad que le quieras dar a tu chocolate semiamargo.
Si lo que necesitas es que el chocolate mantenga su forma o textura sólida, como en el caso de las tabletas o las coberturas duras, quizás te convenga mejor elegir desde el principio un chocolate con más porcentaje de azúcar, como las coberturas de chocolate con leche. Pero si lo quieres derretir y mezclar con otros ingredientes en una receta, como los brownies o el flan de chocolate, estas técnicas caseras pueden funcionar muy bien.

Con miel y leche condensada
Para esta técnica necesitarás 200 g de chocolate semiamargo, a la que tendrás que agregarle aproximadamente 10 cucharadas de leche condensada y dos cucharadas de miel. Al fundir todo a baño maría y mezclar bien, obtendrás una preparación homogénea. Esta mezcla es perfecta para usar como salsa de chocolate, como relleno en postres e incluso puedes incorporarla en otras recetas.
Con azúcar y leche en polvo
Esta es una técnica tradicional que consiste en añadir azúcar y leche en polvo al chocolate derretido. Aproximadamente necesitarás 50 g de azúcar y 50 g de leche en polvo por cada 100 g de chocolate, lo que dará como resultado un producto con un sabor más cercano al chocolate con leche, sin modificar demasiado su textura, pero que es mejor utilizar como un ingrediente más en recetas y no como producto final.
Con chocolate blanco
Por último, pero no menos importante, fundir chocolate semiamargo con chocolate blanco puede lograr un resultado bastante decente. Lo mejor de todo es que puedes ajustar las proporciones según el dulzor que desees y, al finalizar, el resultado mantendrá una textura muy parecida a la del chocolate original, por lo que es ideal si necesitas utilizarlo como cobertura.