Postres de Semana Santa

Buñuelos de viento: dulzura ligera con alma de convento

El nombre "de viento"; no es gratuito: al morderlos, se nota que son casi aire, de ahí su encanto

Buñuelos de viento: dulzura ligera con alma de convento
Disfruta de unos deliciosos buñuelos de viento Foto: Especial

Crujientes por fuera, huecos y ligeros por dentro, así son los buñuelos de viento, una de las elaboraciones más tradicionales de la repostería conventual española. Se elaboran con una masa escaldada similar a la de los profiteroles, que al freírse se infla y queda hueca, lista para rellenarse —o no— con cremas dulces.
El nombre "de viento"; no es gratuito: al morderlos, se nota que son casi aire, de ahí su encanto. Son sencillos, pero adictivos. Aunque hoy suelen rellenarse con crema pastelera, nata o chocolate, originalmente se comían solos, espolvoreados con azúcar.

Orígenes y tradición

Su origen se remonta a la Edad Media, y hay referencias a masas similares en recetarios europeos desde el siglo XIII. Se cree que provienen de una receta morisca o incluso romana, y su popularidad creció en los conventos, donde las monjas perfeccionaron su técnica.
En los siglos XVI y XVII, los buñuelos ya eran parte de las mesas en celebraciones religiosas y días señalados. Con el tiempo, se convirtieron en un clásico de la Cuaresma y Semana Santa. También son populares en la festividad de Todos los Santos.

Variantes y curiosidades

Existen muchas formas de prepararlos, y cada convento tiene su toque. Algunos los rellenan con crema pastelera, otros con nata montada o trufa; también se encuentran sin relleno, espolvoreados con azúcar o bañados en miel.
Una variante muy popular son los buñuelos de viento rellenos de crema de yema o crema catalana. En algunos conventos, se aromatizan con anís o ralladura de naranja para darles un perfil más cítrico.
Su ligereza hace que sea fácil comer más de uno… y perder la cuenta. Aunque el nombre pueda sonar moderno, los buñuelos han estado presentes en recetas de convento durante siglos. No hay Semana Santa en muchas regiones de España sin ellos.

Receta tradicional de buñuelos de viento
Ingredientes

  • 125 ml de agua
  • 125 ml de leche
  • 100 gr de mantequilla
  • 150 gr de harina
  • 4 huevos
  • 1 pizca de sal
  • Aceite para freír
  • Azúcar para espolvorear

Preparación
1. En una cacerola, calentar el agua, la leche, la mantequilla y la sal. Cuando comience a hervir, añadir la harina de golpe y remover
vigorosamente hasta formar una masa que se despegue de las paredes.
2. Retirar del fuego y dejar templar durante un par minutos. Incorporar los huevos uno a uno, hasta obtener una masa suave y brillante.
3. Calentar el aceite en una sartén honda. Con la ayuda de dos cucharas, formar pequeñas porciones y freirlas hasta que estén doradas e infladas.
4. Escurrir en papel absorbente y espolvorear con azúcar al gusto.

Dónde probar buñuelos auténticos

Monasterio de San Jerónimo (Granada): Famosos por sus buñuelos ligeros y aromáticos.
Convento de Santa Clara (Sevilla): Aquí se elaboran en Semana Santa, siguiendo una receta antigua sin relleno, pero con azúcar espolvoreada.
Convento de Santa Isabel (Toledo): Los buñuelos de este lugar son reconocidos por su sabor y textura. Algunos años los venden en ferias locales o mercados de dulces conventuales.
También es habitual encontrarlos en panaderías tradicionales y en puestos comerciales durante la Semana Santa.

Un bocado con historia

Los buñuelos de viento son una muestra de cómo la sencillez bien ejecutada puede dar lugar a algo extraordinario. Su textura etérea y su sabor delicado los han convertido en un dulce imprescindible de la Semana Santa. Elaborados durante siglos por manos monásticas, siguen conquistando mesas y paladares año tras año.

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