Las yemas son pequeñas esferas doradas, suaves y dulces, hechas con yema de huevo y azúcar. Se presentan envueltas en cápsulas de papel y, pese a su sencillez, son uno de los dulces más refinados de la repostería conventual española.
Las Yemas de Santa Teresa, originarias de Ávila, son las más famosas por su textura suave y su acabado azucarado. Las Yemas de Santa Clara comparten la base de yema y azúcar, aunque en algunos conventos se elaboran con recetas propias que pueden incluir glaseado o almíbar. Ambas son dulces solemnes, perfectos para épocas de recogimiento como la Semana Santa.
Orígenes y tradición
El origen de estos dulces está íntimamente ligado a los conventos. Las claras de huevo se usaban para clarificar caldos o en la planchaduría (para almidonar ropa), y las yemas quedaban sin uso. Las monjas comenzaron a aprovecharlas elaborando estos dulces delicados.
Las Yemas de Santa Teresa se vinculan desde el siglo XIX con el convento de las Madres Carmelitas de Ávila, ciudad natal de la santa. Las Yemas de Santa Clara tienen presencia en múltiples conventos de toda España, y su receta varía ligeramente según la zona.
En Semana Santa, estos dulces son habituales en las mesas y escaparates de obradores, como símbolo de sencillez, dedicación y dulzura espiritual.
Variedades y curiosidades
Las Yemas de Santa Teresa se moldean en forma de bolas perfectas y se rebozan en azúcar. Se dejan secar hasta formar una costra fina.
Las Yemas de Santa Clara pueden ir cubiertas de glasa blanca o bañadas en almíbar. Algunas tienen un acabado más suave, otras más firme.
Siempre se presentan individualmente, en pequeñas cápsulas, como pequeñas joyas comestibles.
Son dulces intensos, por eso se sirven en porciones pequeñas. Se disfrutan mejor con café, té o un vino dulce.
Receta tradicional de yemas de Santa Clara
Ingredientes
- 12 yemas de huevo
- 200 gr de azúcar
- 100 ml de agua
- Azúcar glass o almíbar
Preparación
1. Hacer un almíbar ligero con el agua con el azúcar hasta que tenga una
textura de hebra fina.
2. Batir ligeramente las yemas y agregar el almíbar en forma de hilo, sin
dejar de mover parar para evitar que cuajen.
3. Llevar la mezcla a fuego bajo y mover constantemente hasta espesar.
4. Dejar enfriar, formar bolitas con las manos húmedas y colócarlas en
capacillos de papel.
5. Espolvorear la yemas con azúcar glass o bañar con almíbar.
Dónde encontrarlas en Semana Santa
Ávila: Las yemas de Santa Teresa son el emblema dulce de la ciudad. Se venden en pastelerías tradicionales y en el convento.
Toledo, Cuenca y Valladolid: Las yemas de Santa Clara están presentes en muchos conventos y pastelerías durante la Semana Santa.
Sevilla y Granada: En algunos obradores conventuales siguen siendo parte del surtido de Cuaresma.
Conventos donde aún se elaboran
Convento de Santa Teresa (Ávila): Elaboran las auténticas Yemas de Santa Teresa, con receta original y presentación clásica.
Convento de Santa Clara (Valladolid): Famosas por sus yemas, que siguen vendiendo en torno durante todo el año, especialmente en Semana Santa.
Convento de las Carboneras (Madrid): Repostería conventual con yemas suaves y glaseadas.
Convento de Santa Isabel (Sevilla): Sus yemas son parte de una amplia oferta de dulces litúrgicos, elaborados a mano por las hermanas.
Un dulce que no necesita más
Las yemas no llaman la atención por su tamaño ni por su aspecto llamativo. Su encanto está en lo simple: yema, azúcar y oficio. En Semana Santa, son un símbolo silencioso de lo que no pasa de moda: la tradición, la paciencia y el sabor verdadero.