Repostería de Semana Santa

Roscos fritos de Semana Santa, una deliciosa receta de la repostería de temporada

Esta preparación es una de las más queridas dentro de la repostería de Semana Santa y tiene una forma de anillo que recuerda a una rosca

Roscos fritos de Semana Santa, una deliciosa receta de la repostería de temporada
Roscos fritos de Semana Santa Foto: ShutterStock

Dulces, esponjosos por dentro y dorados por fuera, los roscos fritos son una de las recetas más queridas de la repostería de Semana Santa. Su forma de anillo recuerda a una rosquilla, pero su textura y sabor son únicos: una mezcla entre bollo tierno y fritura casera, con aromas de anís, limón y canela.
Se espolvorean con azúcar o se bañan en almíbar y suelen servirse fríos, acompañados de café, leche o una copita de anís.

Orígenes y tradición

Los roscos fritos tienen raíces en la cocina rural española, especialmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Extremadura y Murcia.

Nacieron como dulce humilde, elaborado con ingredientes básicos de la despensa: harina, huevos, aceite, azúcar y algún licor.
Durante la Semana Santa, muchas familias se reúnen para prepararlos en grandes cantidades. Su elaboración suele ser un ritual familiar, y su sabor evoca infancia, meriendas en casa y días de procesiones.

Variedades y curiosidades

Cada zona tiene su propia versión, los hay con o sin levadura; aromatizados con ralladura de limón, naranja, anís o aguardiente; algunos llevan una masa más densa y otros más suave, casi como la de un bizcocho, también, se pueden rebozar en azúcar normal, azúcar y canela, o incluso glasearse. No hay una única forma de hacer roscos, y esa es parte de su encanto: cada casa tiene “su receta”.

Receta tradicional de roscos fritos

Ingredientes

  • 3 huevos
  • 100 gr de azúcar
  • 100 ml de leche
  • 100 ml de aceite de oliva
  • 1 chorrito de anís o aguardiente (opcional)
  • 500 gr de harina
  • 1 sobre de polvo para hornear
  • Ralladura de limón o naranja
  • Aceite para freír
  • Azúcar para rebozar

Preparación:

1. Batir los huevos con el azúcar. Añadir la leche, el aceite, la ralladura y el anís.
2. Incorporar la harina con el polvo para hornear hasta formar una masa suave que no se pegue a las manos.
3. Reposar durante 30 minutos.
4. Formar bolas pequeñas y realizar una perforación en el centro.
5. Freir en aceite caliente hasta que estén dorados. Escurrir sobre papel absorbente.
6. Rebozar los roscones en azúcar cuando aún estén templados.

Dónde encontrarlos en Semana Santa

Jaén y Granada: Panaderías y casas particulares los preparan como parte del repertorio tradicional de dulces de Cuaresma.
Ciudad Real y Albacete: En muchos pueblos son incluso más comunes que las torrijas. Se venden en mercados locales y se reparten entre vecinos.
Murcia y Extremadura: Aquí también son habituales en Semana Santa, especialmente los aromatizados con aguardiente.

Conventos donde aún se hacen

Convento de Santa Clara (Alcalá de Henares): Elaboran roscos fritos de forma tradicional, con masa aromatizada y fritura suave.
Convento de San Clemente (Toledo): Sus roscos fritos son parte del surtido de Semana Santa.
Convento de Santa Isabel la Real (Granada): Repostería artesana con receta clásica de roscos y un toque de limón. Un dulce con sabor a hogar.
Los roscos fritos son de esos dulces que no necesitan presentaciones ni florituras. Se hacen con lo que hay, se comparten con quien está, y se comen casi sin darse cuenta. En Semana Santa, siguen cumpliendo su función: endulzar el recuerdo, la espera y la celebración.

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