¿Te gustan los postres fáciles y rápidos que puedes hacer en una tarde y disfrutar al instante? Entonces esta galleta te va a encantar. Se trata de una receta que te puede salvar de apuros y que le pondrá el toque dulce a tu tarde una vez que la pruebes. Estamos hablando de unas ricas galletas de leche condensada hechas con solo tres ingredientes básicos y que están listas en muy poco tiempo.
Estas galletas son muy suaves y tienen una textura que se derretirá en tu boca con cada bocado. Además, no requieren utensilios complejos de utilizar ni ingredientes difíciles de conseguir. Solo necesitas un poco de leche condensada, mantequilla y fécula de maíz, que es lo que les da la textura suave y aterciopelada una vez que las galletas están listas.
Además, la masa de estas galletas es muy versátil y la puedes personalizar fácilmente agregando algunos ingredientes aromáticos como la esencia de vainilla y la canela, o elementos como chispas de chocolate y frutos secos. Así puedes tener deliciosas galletas cuya masa se prepara en menos de 5 minutos y que solo requiere de tres elementos principales para estar lista.
Galletas de leche condensada
- 100 gramos de mantequilla
- 1 taza de leche condensada
- 2 tazas de fécula de maíz
Pasos:
- Precalienta tu horno a 180 °C.
- Bate la mantequilla hasta que esté cremosa.
- Mezcla con la leche condensada hasta obtener una pasta homogénea.
- Tamiza la fécula de maíz e intégrala poco a poco a la mezcla hasta formar una masa suave.
- Forma pequeñas esferas con la masa y colócalas en una charola con papel para hornear.
- Presiona ligeramente cada galleta dejando espacio entre ellas.
- Hornea de 10 a 15 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.
- Deja enfriar antes de disfrutarlas.
Es muy importante que las galletas reposen un momento antes de que las disfrutes. Si intentas comerlas calientes, puedes quemarte y además la masa estará bastante suave. Debes dejar que las galletas se asienten en la charola para que puedas manipularlas de forma segura después. Lo ideal es que las pases a una rejilla para que terminen de enfriarse por completo. Una vez que estén completamente frías, podrás disfrutar de tus galletas de leche condensada.
Otro consejo útil que puedes poner en práctica al realizar esta receta es sacar la mantequilla unas horas antes del refrigerador. Al dejarla expuesta a temperatura ambiente por algunas horas, logramos que la textura sea mucho más suave y el batido será pan comido, evitando que tengas que utilizar una batidora para lograrlo. Solo procura mantenerla dentro de su empaque mientras la dejas reposar fuera del refrigerador para que se mantenga segura.
