Muchos de nosotros amamos el pan, pero puede que ya nos sintamos cansadas de comerlo tantos días seguidos, especialmente si la rosca la hemos encontrado en el trabajo, en la casa con la familia e incluso con el grupo de amigos. Por eso hoy para romper con la monotonía del pan queremos compartir contigo nada más y nada menos que una receta para que hagas una gelatina de mosaico, pero ¡de nata!
Las gelatinas son uno de los postres más económicos y versátiles que te puedes encontrar por ahí. Las hay de todos los colores, sabores y texturas. Por eso es que hoy lo que queremos es compartirte una receta para hacer gelatina a base de leche y nata, pero no sólo eso, sino rellena de cuadritos de colores con otros sabores que realzarán el sabor de la primera.
Breve historia de la gelatina
La creación de la gelatina se remonta a la época del antiguo Egipto. Podría tener entre 8000 y 4000 años de existencia y su descubrimiento supuso un avance no sólo para la repostería, sino para la ciencia y la tecnología. Se compone de una proteína proveniente del colágeno, entre un 98% y un 99% de su peso seco.
¿De dónde es la gelatina de mosaico?
Por su parte, la gelatina mosaico es un postre muy popular sobre todo en México y Brasil, pero no se sabe con precisión cuál es su origen en sí. Algunas veces le llaman gelatina vitral por su apariencia, pero se suele vender en ferias, mercados, plazas y otros sitios de postres. Sin embargo, también puede encontrarse en restaurantes de lujo.
Se puede elaborar a base de leche y a base de agua, pero la receta de hoy usará la primera, así que ahora que lo sabes todo sobre este postre, pues puedes ponerte ¡manos a la obra!, que su sabor te encantará, pues lleva gelatinas de otros colores para darle vida a éste mosaico de nata.
