La mantequilla y la leche condensada son dos ingredientes deliciosos por separado, pero cuando se combinan, pueden dar lugar a un postre exquisito para disfrutar en familia durante el fin de semana. En esta ocasión, te enseñaremos a preparar un bizcocho que es denso, dulce y perfecto para acompañar con una taza de café, o simplemente disfrutarlo por sí solo en esos momentos dulces del día.
La clave para lograr la textura perfecta en este bizcocho radica en la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente al momento de usarla. Esto permite acremarla e integrarla adecuadamente con la leche condensada. Te recomendamos sacar la mantequilla del refrigerador unas horas antes de utilizarla, de manera que alcance la temperatura ambiente y pierda rigidez.
Otro ingrediente esencial en esta receta son los huevos. Si los almacenas fuera del refrigerador, no necesitas realizar ningún proceso adicional. Sin embargo, si los guardas dentro del refrigerador, te recomendamos sacarlos con anticipación para que alcancen la temperatura ambiente. De esta manera, será mucho más fácil batirlos y lograr una textura esponjosa que se reflejará en nuestro delicioso bizcocho.