Comer postres se dice fácil y lo es, pero la verdad es que después de tanto hacerlo, una siempre vuelve al lugar donde fue feliz, como por ejemplo el hogar. ¿Cómo olvidar la cocina de nuestras mamás o abuelitas con esos manjares exquisitos? La verdad es que hay bocadillos o comida que deja huella por siempre y dan ganas de repetirla.
Tal es el caso del panqué de nata, que hoy te diremos cómo es que puedes hacerlo, porque es una de esas delicias caseras que definitivamente nadie debería perderse, porque sí, calóricamente podría ser uno de los 7 pecados capitales. La gula, por ejemplo, porque después de probarlo, no dan ganas de dejar este postre a su suerte y queremos seguirlo comiendo.
Además ¡Hay que relajarnos, pensar en el otoño y en que ya casi es época de hibernar! En este tiempo ya a nadie le importa la figura, porque nos cubrirá una chamarra la mayor parte del tiempo, así que éntrale sin miedo a esta delicia de panqué que nos proveerá de carbohidratos y proteínas, todas necesarias para tener energía y salir a darle 3 vueltas a tu perrito sin cansarte.
¿Qué es la nata?
La nata es también conocida con el nombre de crema de leche o crema para batir. Se trata de una parte rica y espesa de la leche que se separa naturalmente o se extrae de la leche entera. Contiene una alta proporción de grasa láctea, lo que le da una textura suave y cremosa. Se puede encontrar en diferentes variedades según el contenido de grasa.
Usos de la nata en la repostería
En este caso usaremos la mezcla cremosa con la que se puede rellenar un pastel o postre, que definitivamente te dejará pensando en ella por mucho tiempo. Cabe señalar que es un componente fundamental en la repostería y pastelería, ya que su textura y sabor aportan un elemento delicioso y de cierto estatus a la amplia gama de postres.
