Mis mejores recuerdos de infancia siempre están relacionados con la comida y el súper poder que tiene para unir a las personas alrededor de la mesa, compartir un momento de su día y deleitarse con sabores que te abrazan el corazón.
Todo es un ritual, desde la preparación hasta ir al mercadito a comprar las cosas, y justo ahí es donde comienza mi flashback de hoy.
Mientras caminaba a casa, me topé con esos gloriosos puestos de gorditas de nata que son capaces de revivir el alma más marchita tan sólo con el aroma.
La verdad me sentía un poco nostálgica y decidí comprar una bolsita, y con la primera mordida volví a tener 6 años, a caminar por el tianguis de la colonia de mis padres y a escuchar a mi madre que decía que me empacharía por comerlas calientes.
Y para detener mi tren del recuerdo y antes de ponerme a llorar, les dejo esta deliciosa receta de gorditas de nata, que les apuesto, sacará una sonrisa de sus caritas de millón de dólares.
Ingredientes:
- 1 cdita de polvo para hornear
- 1 taza de crema para batir.
- 1 huevo
- 1/2 taza de azúcar
- 2 tazas de harina
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- Sal al gusto
Procedimiento:
Mezclar el polvo de hornear con la leche.Mezclar con el azúcar y el huevo.
Añadir la crema para batir, la esencia de vainilla y la harina.
Agregar una pizca de sal a la preparación.
Integrar bien todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Incorporar la leche que habíamos reservado previamente. Hacerlo poco a poco para que se vaya mezclando bien hasta obtener una pasta uniforme y suave.
Porciona bolitas de masa y extiéndelas hasta obtener el grosor deseado.
Cocinar las gorditas sobre un comal o plancha caliente a fuego bajo y ligeramente engrasado con aceite vegetal.
Cuando las gorditas se doren por una cara, voltear para que se cocinen por la otra.
Comer calientitas.