¿Te batearon? Mejor enamórate de estos deliciosos macarons de frambuesa con esta receta

Los truenes de noviazgos o cualquier otro tipo de relación están a la orden del día como daños colaterales del confinamiento por la pandemia de Covid-19, debido a que muchos optan por respetar el distanciamiento social y seguramente una parte de tu corazón o de tu cerebro, sabe que esto también es correcto, aunque duela primero mucho, luego poco y luego nada. Ni modo, esta pandemia se terminará el día en que nos tomemos en serio las cosas. 

Sin embargo, al pan, pan y al vino, vino. Lo cual quiere decir que no hay que mezclar una cosa con la otra, aunque en este caso mucho tiene que ver porque los índices de personas con el corazón roto y deprimidas van en aumento. Como diría Gandalf "No voy a pedirte que no llores, porque no todo el llanto es una calamidad", sobre todo en las tan odiadas despedidas, que por más valientes y fuertes que nos hacemos, acabamos soltando las de cocodrilo. 

Desde luego que vivir siempre trae un montón de emociones que debemos de gestionar es real, pero tampoco hay por qué reprimirlas, sólo por congraciarnos con los demás y que vean lo fuerte que somos ante la adversidad y lo poco que nos afecta  que nos rompan el corazón. La verdad es que ni nos afecta poco, ni nos importa lo que otros digan cuando recién terminamos una relación. Digan lo que digan, todos lloramos como Magdalenas cuando eso pasa y pareciera que el llanto no terminará nunca hasta que alguien pone frente a nosotros un delicioso postre.

¿Por qué recurrimos a los postres en ocasiones especiales?

Los postres son como nuestra recompensa conductista desde que estábamos chiquitos, cuando nuestra madre o abuela nos los da para calmarnos de algún berrinche o llanto ¿Y qué crees? ¡Funcionaba! Probablemente por el dulce, las palabras de consuelo o que distraíamos nuestra atención en comérnoslo para no morir ahogados, pero de que las penas con postres eran menos, eso es un hecho. 

Por eso, ahora cada que nos sentimos tristes, buscamos casi automáticamente una deliciosa "recompensa" o "consuelo" con forma de comida y específicamente dulce para sentirnos mucho mejor con la vida y restaurar un poco nuestro estado de ánimo. Así que si estás pasando por un momento no muy alegre compartiremos contigo una deliciosa receta que podría alegrarte un poco. Se trata de los macarons de frambuesa.

¿Qué son los macarons?

Los macarons son un postre de origen italiano, pero todo el mundo los conoce como galletas francesas. Quizá porque estas galletas se servían en los banquetes de la nobleza, como la boda de  Luis XIV y María Teresa de Austria y Borbón, infanta de España en 1660. Son crujientes por fuera, pero suaves y cremosas por dentro. Generalmente son de merengue y almendra, pero también tienen una gran variedad de sabores como limón, grosella, chocolate y los que te enseñaremos ahora: Frambuesa. ¡Toma nota!

Ingredientes

• 125 g de Almendras en polvo
• 4 Claras de huevo
• 250 g de Azúcar glas
• 0.5 Extracto de fresa
• Colorante alimentario rosa (dos gotas)
• 250 g de Frambuesas
• 0.5 cucharadita de Esencia de vainilla
• 140 g de Azúcar

¿Cómo se preparan los macarons?

1. Mezcla en un cuenco grande las almendras en polvo, 2 claras de huevo y el azúcar glas.
2. Agrega en este momento el extracto de fresa y el colorante.
3. Monta las otras dos claras y añádelas con movimientos suaves con una espátula.
4. Mete la mezcla en una manga con boquilla redonda y haz 48 círculos de unos 3 cm de diámetro sobre papel de horno, dejando espacio entre ellos.
5. Hornea 10 minutos a 180º y deja que se enfríen

Relleno y montaje

1. Pon las frambuesas, el azúcar y la esencia de vainilla en un cazo.
2. Cocina a fuego lento 30 minutos o hasta que la fruta se deshaga.
3. Tritura con una batidora hasta tener un puré fino.
4. Déjalo enfriar y mételo en una manga con boquilla fina.
5. Cubre con el relleno la mitad de las galletas y tapa con las otras mitades, presionando un poquito hasta que la crema llegue a los bordes.