Prepara el tradicional pan de yema, inventado en los conventos mexicanos

La comida mexicana tiene una amplia y larga tradición, no sólo porque hay guisados que han perdurado a pesar del tiempo desde la época prehispánica, también porque hay otros que se enriquecieron gracias a la llegada de los españoles a México, pues es lo que pasa casi siempre que 2 culturas se fusionan gracias a la conquista de otra. Sin embargo, mucho fanático nos ha hecho creer que esto es malo. 

Esto no es así, es más, hasta podríamos decir que no es ni malo, ni bueno, es simple el ciclo natural de las cosas, pero de que tiene ventajas, las tiene y muchas, porque sin la conquista, la gastronomía mexicana no se hubiera visto influenciada ni por España, ni por África y muy probablemente hubieran sido los ingleses o portugueses quienes nos permearan de los nuevos usos y costumbres, pero juguetonamente podríamos pensar que en lugar de mole con pollo, quizá hoy tendríamos fish & chips bañado en pipián o cualquier otra variante extraña.

Pero afortunadamente eso no pasó y hoy podemos disfrutar de grandes platillos y postres con gran variedad al grado de que existe quien come bisquets rellenos de mole con pollo y lo considera una delicia, a pesar de que a muchos nos parezca algo extraño. Esa es la magia de lo multicultural, que nos permite combinar algunas cosas con otras y atrevernos a hacer eso que antes nos parecía improbable o averrante. 

Y a propósito de lo multicultural, la verdad es que hay recetas que han surgido a partir de este fenómeno, como por ejemplo la tradicional repostería novohispana que nació en los conventos de México. Sí, esos lugares que vieron crecer a la décima musa, Sor Juana Inés de la Cruz, que aparte de ser una experta en la literatura y endecasílabos, una de sus labores era cocinar en los diferentes conventos en los que estaba. 

Pero además de ella había muchas otras monjas que eran creativas con su cocina y deleitaron no sólo a los miembros del convento, sino a muchísimas personas años después de que sus recetas salieran al mundo para traspasar la barrera del tiempo y el espacio para llegar a nuestros paladares. Por eso, hoy decidimos honrarlo con una tradicional receta que compartiremos contigo, para que puedas hacer el auténtico pan de yema oaxaqueño. 

Este pan es típico de Oaxaca y se cree que fue originario de Santo Domingo, Tomaltepec, que se ubica en los Valles Centrales, donde se elabora mucho pan de yema para venderlo y consumirlo en la región desde la época del virreinato. Este fue uno de los postres que salió de las cocinas con los tradicionales hornos de leña, donde se cocinaba no sólo esto, sino alfajores, natillas, merengues y muéganos. ¿Ya te emocionaste? ¡Manos a la obra!

Ingredientes (Para 10 personas)

• 1kg de harina de fuerza
• 75 gramos de harina de repostería
• 90 g de azúcar 
• 120g de mantequilla derretida
• 3 huevos
•  1 cucharada de semillas de anís
• 120 ml de agua tibia
• 25 g  de levadura prensada
• Sal
• 1 Yema de huevo para pintar la masa

¿Cómo se prepara?

1. Disuelve la levadura en agua tibia y añade la harina de repostería y una cucharada de azúcar. Mezcla y deja reposar unos 30 o 40 minutos, hasta que la mezcla burbujee.
2. Coloca la harina de fuerza en un cuenco hondo y haz en el centro un hueco donde pondrás el resto de azúcar, la mantequilla, la sal, los huevos batidos, los granos de anís y la mezcla de levadura. 
3. Amasa hasta obtener una masa uniforme y elástica. Forma una bola con la masa y la deja reposar en un recipiente engrasado, cubierto con un paño y sin corrientes de aire hasta que duplique su volumen, aproximadamente una hora.
4. Después, amasa para sacar el aire y formamos un pan redondo. Colócalo sobre una fuente de horno engrasada y déjalo reposar de nuevo hasta que duplique otra vez su tamaño.
5.  Da unos cortes en la superficie, barniza con la yema batida, espolvorea por encima granos de anís y cuece al horno precalentado a 190 ºC durante unos 40 minutos.
6. Saca del horno y disfruta.