Cocina unas deliciosas gorditas dulces estilo Veracruz y con la receta de la abuela

Cuando se habla de gastronomía mexicana, lo mejor que puede hacer uno es buscar un asiento cómodo, porque sabemos que la plática va para largo. Ya sabemos que hay platillos, como los conteos de las elecciones: Estado por estado. Y la verdad es que aunque creamos que ya conocemos la receta, la idea queda obsoleta una vez que pisamos un suelo nuevo dentro de México. Por eso, lo que conocías, varía un poquito y llega a tener su propio estilo.

En muchos hogares de la CDMX se encuentran escondidos grandes manjares y recetas de antaño que seguramente nos endulzaron la infancia gracias a nuestras abuelitas o madres. Porque como bien sabemos, vivir en la capital del país es sinónimo de ser cosmopolita y de conocer a muchas otras personas que cambiaron sus lugares de origen por cuestiones laborales, educativas o por mero gusto. No siempre se trata de extranjeros, a veces son los mismos connacionales. 

Sin embargo, no podemos negar que la comida mexicana tiene influencia de otras grandes culturas y sazones que se mezclaron con lo mexicano desde hace muchísimos años, empezando con los españoles y 'acabando' con los africanos o quizá con los ingleses, según el orden de aparición en nuestras tierras. Lo que es cierto es que fue Veracruz la primera ciudad fundada por los conquistadores y un gran nexo de unión, intercambio y mestizaje entre México y el mundo.

Por eso, meterse con su gastronomía es reconocer la influencia de otros lugares del mundo, como países del Caribe, Europa y África. Todos con sus diferentes técnicas que tuvieron que adaptar a los alimentos que encontraban en ése estado de la república, concretamente. Muchos de los platillos que podemos encontrar ahí son con ingredientes que crecen en climas tropicales o subtropicales. Las tierras fértiles que dominan todo el territorio, propician gran diversidad que a su vez proveen diversidad a la cocina del estado.

Y es gracias a esta fascinante mezcla, que podemos degustar una enorme cantidad de platillos que conquistan nuestro paladar, sin ningún tipo de trabajo. Si no nos crees, basta recordar eso que te preparaba tu abuelita y si es o era de Veracruz, estamos seguros que sabes de lo que hablamos, porque la comida es sencillamente IRRESISTIBLE. Y si no la has probado, no hay razón para no darle una oportunidad, porque no te arrepentirás.

Así que si ya se te antojó y no sabes por dónde empezar, estás en el sitio adecuado, porque precisamente hoy saqueamos el baúl de la abuela y trajimos con nosotros una receta para preparar unas gorditas dulces al puritito estilo veracruzano, sólo para que las disfrutes tanto como nosotros. Se sazonan con piloncillo y sabemos que no te desilusionarás después de que las pruebes, porque tienen un encanto propio que estás a punto de descubrir. ¡Toma nota!

Ingredientes

• 1 Kilo de masa de maíz
• 3 Piezas de piloncillo (rayado)
• 1 Taza de harina
• ¼ De taza de azúcar
• 1 Cucharada cafetera de sal
• 1 Cucharada cafetera de anís (opcional)
• Agua (la necesaria)
• Abundante aceite (para freír
• Crema y queso rallado al gusto
• Mermelada de tu preferencia

¿Cómo prepararlas?

1. En un traste coloca la masa junto con el piloncillo, el anís, la sal, el azúcar, la harina y un poco de agua.
2. Comienza a amasar poco a poco y si es necesario, agrega más agua gradualmente para que no te quede aguada la mezcla. 
3. Cuando sientas que la masa no se pega en tus manos, ¡Ya está lista! Ahora toma un poco, haz las gorditas.
4. En un sartén calienta abundante aceite a fuego medio-alto y cuando esté listo, baja la flama y fríe las gorditas de una por una o si tu sartén es más grande, puedes agregar las que quepan, pero que absorban bien la grasa.
5.  Cuida que no se quemen y déjalas dorar por aproximadamente 2 o 3 minutos.
6. Cuando veas que se empiezan a inflar las gorditas, voltéalas y cuando las orillas cambien de color es que ya están listas. 
7. Ponlas sobre las servilletas de cocina para quitar el exceso de aceite. 
8. Después agregar crema y queso rallado encima o la mermelada de tu preferencia y ¡Listo!

¡Buen provecho!