Aprende a hacer huesitos de chocolate caseros para este Día de las Madres

Digan lo que digan, lo cierto es que no hay nada que haya logrado sustituir a los chocolates como regalo perfecto. Tiene todo: Presencia, elegancia y sobre todo buen sabor.  Hay muy pocas personas sobre la faz de la tierra que se atreverían a negar unos chocolates como regalo. Esto, porque casi todos los tipos de chocolates pueden generarnos una excelente experiencia al comerlo. Probablemente por eso sea el favorito de los niños.

Y ni qué decir de las madres y algunas abuelitas que tenían un compartimento secreto en su alacena para guardar su tabletita de chocolate abuelita sin compartirla con nadie más NA-DIE. Por eso, ¿Qué mejor que este 10 de mayo para regalarles eso que sabemos que tanto les gustan?  La verdad es que por mucho que nos esforcemos para elegir un regalo, sabemos que una caja de excelentes chocolates puede provocar más felicidad que un suéter con una figura o un color, que no le guste a mamá o abuelita. 

¿Pero te has preguntado si sería bueno combinar el chocolate con algo hecho por ti mismo? Por supuesto que no hablamos de echarle chocolate a la bufanda o suéter que le tejiste a mamá, nos referimos a elaborar unos exquisitos y clásicos huesitos de chocolate, unos dulces que seguro has probado, pero hace tanto tiempo, que ya no te acuerdas. Se trata de esos que tenían como galleta y crema de avellana en su interior. ¿Ya te acordaste?

Pues por eso traemos para ti esta particular receta de chocolates para que de a madres sorprendas a tu mami o abuela e incluso a ti mismo, porque cuando lo pruebes, seguramente querrás comerte todas las barritas, pero recuerda que son un regalo, así que modérate mucho, porque esta receta es para hacer 18 unidades, en 45 minutos. ¡En realidad es muy poco tiempo para todas las que te saldrán!  Así que puedes empezar a animarte. 

Además, bien lo puedes dar a la hora del postre o como un regalo aparte. Eso ya lo decidirás tú, pero recuerda que siempre es importante la presentación de un bonito regalo o postre, para que cause una buena impresión. Es una receta de chocolate casera, así que no esperes perfección. Sin embargo, sí un delicioso sabor, porque, como dijimos, una vez que lo pruebes, no querrás dejarlo de comer nunca. Y si lo haces con amor, muy seguramente eso se va a notar. Así que ponte ¡Manos a la obra!

Ingredientes

• 30 galletas de barquillo, como las de helado
• 200 gr de crema de cacao y avellanas
• 200 gr de chocolate fondant 
• 15 ml de aceite de girasol

¿Cómo se preparan?

1. Templamos ligeramente la crema de cacao con avellanas en 30 segundos de microonas, para que nos resulte más fácil untarla sobre los barquillos.
2. Removemos la crema para que adquiera una textura homogénea.
3. Tomamos los barquillos y reservamos seis de ellos. 
4. Untamos los 24 restantes con crema de cacao y los apilamos de cuatro en cuatro. Obtendremos seis pilas, que cubrimos con los seis barquillos que hemos reservado. 
5. Las llevamos a la nevera para que endurezcan durante 15 minutos, colocando algo de peso encima (Pueden ser unos cartones de leche).
6. Transcurrido este tiempo, cortamos cada pila de barquillos en tres partes iguales. Podemos usar cuchillo de sierra para que queden parejitos y repasando los laterales, con el fin de igualar los bordes y que ningún barquillo sobresalga sobre los demás.
7. Partimos el chocolate y lo colocamos en un cuenco junto con el aceite. Fundimos en el microondas a golpes cortos de calor (de 30 segundos)
8. Cuando esté listo, tomamos cada barrita y la sumergimos en el chocolate fundido hasta la mitad. Escurrimos el chocolate sobrante y colocamos las barritas sobre una superficie lisa, con el baño en la parte superior.
9. Dejamos enfriar en la nevera durante 10-15 minutos para que el chocolate endurezca.
10. A continuación, templamos el sobrante del baño de chocolate de nuevo en el microondas y bañamos las barritas por la parte que queda sin cubrir. 
11. Podemos colocar las barritas sobre una rejilla metálica y regar con el chocolate fundido, ayudándonos de una espátula para cubrir los laterales y dejando que escurra el sobrante.
12. ¡A disfrutar!

¿Con qué los puedes acompañar?

Como bien te  hemos dicho, este es un postre o dulce que puede disfrutarse por sí solo, sin embargo, también puede combinar muy bien, con una buena taza de café sin azúcar o con un té en las mismas condiciones. Y ya si de plano andan muy poco creativos, pues con una taza de leche bien fría. La verdad es que este es un postre o dulce que verdaderamente se adapta casi a cualquier paladar. ¡Provecho!