Receta fácil y dulce para preparar el mejor glaseado para tus postres

El glaseado es una técnica culinaria con la que puedes decorar tus postres y volverlos mucho más atractivos, ya que se caracteriza por ser una sustancia brillante y regularmente dulce. Una de las más conocidas es el glaseado de las donas, que está hecho con azúcar glass y agua, aunque regularmente se emplea como líquido el jugo de limón, lo que le da un sabor muy particular.

No obstante, existen recetas que pueden usar claras de huevo o frutas para elaborar el glaseado, pero el glaseado no es exclusivo de los postres. Hay glaseados que someten a altas temperaturas para abrillantar algún alimento salado, por ejemplo, cuando se unta yema de huevo, mantequilla fresca u holandesa a los pescados, a las verduras y a las hortalizas.

Pero situándonos en los postres, el glaseado puede hacerse incluso con una mermelada, un fondant de chocolate o como es el caso más conocido, el elaborado con azúcar glass. Si estás lista para hacer brillar tus preparaciones, checa esta receta súper fácil y los consejos que te damos para conseguir el glaseado perfecto.

Cómo hacer glaseado

Ingredientes:

• 125 gramos de azúcar glass
• Jugo de limón

Lo único que tienes que hacer es servir el azúcar glass en un recipiente y agregar poco a poco el jugo de limón mientras revuelves la mezcla. Dependiendo de la textura que quieras conseguir es la cantidad de jugo que deberás añadir.

Por ejemplo, para glasear una galleta y darle una forma específica, tu glaseado deberá ser más espeso que el glaseado con el que rellenes las líneas.

La consistencia que debes lograr es como el de una salsa algo más espesa.

Para hacer glaseado también puedes usar agua o hacer una mezcla de jugo de limón y leche de vaca, e igualmente deberás agregar de cucharada en cucharada el líquido hasta obtener la consistencia deseada.

Si deseas que tu glaseado tenga un color o hacer varios colores para decorar galletas, por ejemplo, lo único que tienes que hacer es crear la pasta y una vez lista agregar el color comestible, de preferencia líquido, así será más fácil incorporarlo a la mezcla.