¿Cómo hacer huevos de Pascua de chocolate? Esta receta encantará a los peques

Todos conocemos, aunque sea de vista a los huevos de Pascua. Probablemente los hemos visto decenas de veces en películas, caricaturas o series norteamericanas. Por citar algunos, podríamos recordar a los de 'Hora de aventura', los que aparecen en el principio de la película The Nightmare before Christmas antes de entrar al mundo de Halloween o en el capítulo 'El Huevo de Valentina' de la caricatura infantil 'Pocoyó'.

Pero, ¿Qué significan estos huevos y de dónde vienen?  Bueno, pues para empezar el Huevo de Pascua es una tradición gastronómica que se celebra durante la fiesta de Pascua, mejor conocida, como Domingo de Resurrección para los católicos y cristianos. Se piensa que el origen de la tradición de comer huevos al finalizar el invierno es una reminiscencia de la Edad de Hielo.  Después de un duro invierno, y cuando apenas quedaban provisiones, con la llegada de la primavera volvían las aves desde el sur (esto solo es aplicable al hemisferio norte) y empezaban a poner huevos, de los que se alimentaban los seres humanos hasta que podían volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas.

Sin embargo, el simbolismo cambió con respecto a las religiones que los retomaron, como el Judaísmo y el Cristianismo. Mientras para los judíos existe el simbolismo de utilizar un huevo decorado dentro del plato (Keará) que se prepara durante el Séder de Pésaj, como una representación de la continuidad del ciclo de la vida o del endurecimiento del corazón de faraón Ramsés II, que no permitía salir al pueblo hebreo de Egipto, para los cristianos el huevo de Pascua simboliza gran júbilo y alegría porque simboliza el derecho de poder volver a comer alimentos de origen cárnico como este después de la Cuaresma. 

¿Por qué un huevo es el símbolo de Pascua en otros países?

Una explicación de esto, es que en la antigüedad,  los huevos fueron considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma, aunque las gallinas, como es natural, seguían poniendo. Los huevos se conservaban cocidos y se consumían al terminar la cuaresma, en la Pascua.  Además se les asocia con la fertilidad, por coincidir con la recién llegada estación primaveral. Pero fue en la Edad Media, cuando empezaron los intercambios de huevos decorados, sólo que estos eran de tortuga, pero pronto, los pasteleros  de época comenzaron a elaborarlos utilizando distintos ingredientes. Primero fue el azúcar, luego el chocolate.

El origen de la decoración de estos huevos de Pascua, viene desde la lejana Mesopotamia, donde en tributo de los  babilonios, asirios, fenicios, cananeos e incluso los hebreos a la Diosa de la fertilidad Ishtar, se le obsequiaban huevos decorados para que los cultivos de ese año fueran abundantes y sanos. Por eso, la costumbre prevalece en Europa y América y en Estados Unidos, por ejemplo, existe la tradición de que el Conejo de Pascua vaya a cada hogar a dejarle escondidos huevos de dulce decorados a los niños, para causarles gran regocijo cuando los encuentran. 

En los jardines de la Casa Blanca, el día de Pascua se organiza una carrera de chicos que hacen rodar los huevos. Gana quien llegue más lejos y sin romperlos. En Medio Oriente todavía se siguen intercambiando huevos carmesí, para recordar la sangre de Cristo, pero en Polonia y Ucrania hacen verdaderas obras de arte con cera fundida sobre la cáscara. En México esta no es una costumbre muy común. Sin embargo, el intercambio de huevos puede verse en los estados fronterizos con EU. 

A pesar de ello, los mexicanos a lo último que nos negaremos será a probar dulces, por eso, aunque aquí no se acostumbre regalar huevos decorados, te traemos una receta para que entretengas a tus niños haciendo su propio Huevo de Pascua y lo mejor de todo: COMESTIBLE. Es una receta  a base de chocolate y confitados para decorar. Verás que la pasas muy bien. ¡Manos a la obra!

Ingredientes

• 300 gr chocolate cobertura a gusto ( lo hice con chocolate con leche)
• Lunetas de colores
• Glasé para decorar
• Pinturas para repostería
• Molde para huevos

¿Cómo se preparan?

1. Ralla el chocolate adentro de un bowl. Derrítelo en baño María. 
2. Una vez derretido, viértelo en el molde para huevos, repartiéndolo igual en todos los espacios. 
3. Toma los moldes con ambas manos y hazlo girar de manera que el chocolate se extienda cubriendo toda la superficie. Empareja los bordes con un cuchillo.
4. Coloca los moldes boca abajo sobre una placa forrada con papel encerado y llévalos al congelador para solidificar.
5. Retíralos del frio y despégalos del molde con cuidado para que no se rompan.
6. Rellena la mitad de los huevos con lunetas o alguna otra cosa que quieras ponerle. 
7. Decora con las pinturas para repostería como tú quieras o con el glaseado decorativo. 
8. ¡Disfruta!