Ya sentimos cerca la festividad de muchos mexicanos, ¡el Día de Muertos está próximo a llegar! Podemos empezar a experimentar con recetas que puedan acompañar esa celebración y para ello te sugerimos preparar un delicioso dulce de calabaza. Y es que con la llegada del otoño también comienza la temporada de calabaza, un alimento con el que podemos hacer múltiples recetas y tradicionales postres.

Muchos dicen que el origen de esta receta se remonta a la época de la Colonia y que por eso se le denomina “Calabaza de Castilla” ,ya que las civilizaciones prehispánicas decoraban los altares de los muertos con la calabaza y un poco de pan. Cuando los españoles llegaron a este territorio y conocieron este ingrediente se lo llevaron a la reina de Castilla, a quién le gustó tanto que lo bautizó con ese nombre que hoy conocemos.

También fue en este periodo fue cuando su preparación como postre tomó cauce, pues en los ingenios azucareros, la calabaza se introducía en un cesto cilíndrico que era fabricado con hojas de palma conocidas como tompeate para posteriormente colocarse en las calderas donde se fabricaba el azúcar. La concentración del jugo de caña o guarapo se obtenía al combinar dos calderas colocadas sobre un gran horno llamado mancuerna; una de las calderas se conocía como mancuerna y la otra como tacha. En las calderas se confitaba la calabaza y es de ahí donde surge el concentrado del famoso postre de “Calabaza en Tacha”.

Actualmente puede prepararse con distintas variedades según la región donde uno se encuentre pero es indudable que el sabor y la tradición están presentes en todas ellas.

¡Aprende a preparar este exquisito postre!

Ingredientes:

10 tazas de agua

14 conos de piloncillo

4 tazas de azúcar

8 ramitas de canela

1 cda de semillas de anís

1 cda de clavos de olor

2 calabazas de Castilla o calabazas de invierno, grandes

4 cucharadas de cal

Preparación:

1. Calienta el agua en una olla grande.

2. Añade el piloncillo, el azúcar y la astillas de canela.

3. Con un trozo de gasa, forma una bolsa y coloca ahí las semillas de anís y los clavos de olor, ciérrala para que no se salgan y colócala en la olla con el piloncillo.

4. Cocina a fuego lento por aproximadamente tres horas, hasta obtener la consistencia de miel. Mientras tanto, parte las calabazas en trozos grandes y colócalos en una olla con suficiente agua que los cubra.

5. Agrega la cal, para que la calabaza no se deshaga en la cocción, y deja remojar durante tres horas. Luego escurre y lava muy bien.

6. Combina la calabaza con la miel de piloncillo y cocina a fuego bajo, hasta que las calabazas estén suaves y se vean caramelizadas.

7. ¡Sirve y disfruta!