El cultivo de cereales ha marcado a la historia de la humanidad desde que comenzaron las primeras civilizaciones, de hecho, la localización de las distintas poblaciones está definida por los lugares más fértiles. Este principio está ligado al origen de las pastas que, gracias a su reparación simple y versatilidad, han logrado llegar a los rincones de todo el mundo y adaptarse a las cocinas locales.
La palabra “pasta”, es de origen griego, y significa “gachas” o “masa”. La pasta es base de muchos de los platillos nacionales y regionales de Italia y, actualmente, existen alrededor de 300 variedades que dan identidad a las regiones donde se preparan. Definitivamente, es un producto lleno de historia y sabor.
- 1500 a.C.
Existen registros del consumo de pastas tipo noodles en China.
- 1000 a.C.
Los griegos elaboraban una mezcla de harina y agua con la que se preparaba un plato similar a la lasaña, llamado laganon.
- S. I
Se encuentran referencias a distintos tipos de pasta en la literatura romana; por ejemplo, en el famoso De Re coquinaria, de Marco Apicio, se mencionan pastas que se consumían fritas.
- S. V
Después de la caída del imperio romano, los árabes invadieron parte de éste y trajeron con ellos algunos tipos de pasta. Especialmente una elaboración hecha a base de agua y harina llamada tría; hoy en día, esta palabra se refiere al spaghetti en Sicilia.
- S. XV
En este periodo existe registro los macarrones. El consumo y comercialización de la pasta se asienta en Italia, aunque se consideraba un producto para la élite.
- S. XVIII
Nápoles se convierte en el principal productor y consumidor de pasta en Italia, debido a sus condiciones climáticas.
- S. XX
La pasta llega a Estados Unidos junto con los inmigrantes provenientes de Italia. A partir de 1930 se comienza a expandir por todo el mundo. En la década de los 70 aparece el término “dieta mediterránea” que incluye a las pastas como uno de sus principales elementos.
Clasificación de las pastas
Por sus ingredientes: al óleo, al huevo, de harina de trigo duro o sémola, y de harina de trigo refinada.
Por su forma: largas (spaghetti, fetuccine), cortas (fusilli), huecas (bucatini, coditos, penne, macarrón, rigatoni), para rellenar (tortellini, ravioli, cannelloni) y para sopa (plumas, estrellas).
