Por Renata Vázquez
Cada 28 de mayo se celebra el Día de la Hamburguesa y aunque muchos asocian sus raíces con América, su origen se remonta a Hamburgo, Alemania, ciudad portuaria que vio nacer al famoso “Filete de Hamburgo”, una típica preparación de carne de res picada, sazonada y cocinada, platillo que, según algunos historiadores, los marineros alemanes llevaban consigo entre los S. XVIII y XIX y fue llevado a Estados Unidos por inmigrantes europeos.
De acuerdo con la Biblioteca del Congreso de EE.UU., en 1900, Louis Lassen, inmigrante danés es mencionado como pionero de la hamburguesa, atendía una cafetería en Connecticut, preparó un hamburg steak sandwich: un emparedado de restos de carne cocida entre dos piezas de pan tostado a un cliente apresurado.
La hamburguesa como la conocemos hoy, probablemente sea el platillo más versátil de la gastronomía, puede ser preparada con res, cerdo, pollo, pescado o vegetales; servida entre un panecillo redondo tipo brioche, acompañado de ingredientes como lechuga, tomate, queso y aderezos, como mostaza y mayonesa.
Con el tiempo la hamburguesa ha experimentado una gran transformación y permitido adaptarse a la alta cocina, dando pie a crear recetas gourmet con ingredientes como quesos artesanales, foie gras, trufas, pan de masa madre y carne wagyu, hasta la popularización de las smash burgers. Hoy forma parte de la cultura pop, es protagonista de food trucks, restaurantes Michelin e incluso tiene su propio festival.
En México, su popularidad comenzó en los años 30s, cuando fue incluida en el menú de restaurantes de élite como el Hotel Regis y Longchamps. Sin embargo, fue en 1985 cuando Mc Donald's, la franquicia de comida rápida más famosa del mundo, abrió su primer establecimiento en la zona del Pedregal en la Ciudad de México, lo que marcó una nueva era para la gastronomía en el país.
Hoy en día, la capital mexicana se ha consolidado como un destino culinario para los amantes de las hamburguesas y no sólo celebramos su sabor cada año, también festejamos su historia, su capacidad para unir culturas y mezclar sabores.
