La Semana Santa es una temporada marcada por tradiciones religiosas, culturales y gastronómicas, transmitidas de generación en generación. En estos días, muchas personas evitan la ingesta de carne roja, especialmente el Viernes Santo; por eso, es común que se consuman pescados, mariscos y vegetales.
En México y el mundo
La gastronomía de Semana Santa en México es muy variada y rica en sabores. El bacalao a la vizcaína es tradicional, pero también se disfrutan las tortitas de camarón con nopales en salsa roja, un platillo que representa abundancia. Otro plato emblemático son los romeritos en mole, una preparación de raíces prehispánicas. En estas recetas se aprovechan ingredientes frescos y de temporada, como espinacas, acelgas, alcachofas, nopales y habas, que aportan sabor y simbolizan la renovación de la vida. En las costas mexicanas, los camarones frescos, pescados locales y el pulpo se vuelven protagonistas.
En España, es típico el potaje de vigilia, hecho con garbanzos, espinacas y bacalao. En Nápoles, Italia, se prepara la pizza di scarola, rellena de escarola, aceitunas y anchoas, que representa la humildad y sencillez. En Grecia, el pulpo a la parrilla y los guisos de mejillones son populares en estos días.
Origen espiritual
Estas costumbres gastronómicas no siempre fueron así. Aunque el Primer Concilio de Nicea en el año 325 estableció la fecha de la Pascua, no mencionó qué alimentos consumir o evitar.
Fue tiempo después que la Iglesia Católica, a través de bulas papales, comenzó a establecer reglas dietéticas para estos periodos de ayuno, dejando claro que la carne roja debía evitarse ciertos días y permitiendo pescados y mariscos. Esto influyó en las costumbres culinarias y dio lugar a recetas que hoy consideramos tradicionales.
En 1089, el papa Urbano II otorgó una dispensa a España que permitía a los fieles comer carne en días de abstinencia, en reconocimiento a sus esfuerzos en las Cruzadas. Más tarde, en 1509, el papa Julio II concedió a los Reyes Católicos la “Bula de la Santa Cruzada”, que permitía a los españoles consumir carne, huevos y lácteos en días prohibidos, a cambio de una contribución económica destinada a financiar las Cruzadas.
Muchos platillos de Semana Santa incluyen ingredientes llenos de simbolismo, como el huevo, que representa vida nueva o el pescado que simboliza la fe cristiana. Actualmente, cada vez más personas adaptan recetas tradicionales a las tendencias gastronómicas.