Cada año, millones de aficionados al fútbol americano en Estados Unidos y otras partes del mundo se reúnen para ver el Super Bowl, un evento que trasciende lo deportivo para convertirse en una gran celebración gastronómica. Lo que empezó en 1967 como una tradición acompañada de alitas de pollo, pizza y cerveza, ha evolucionado con el tiempo hacia un menú mucho más diverso y sofisticado. Ahora, en las mesas hay desde platillos internacionales hasta reinterpretaciones gourmet de los clásicos americanos, sin olvidar la alta coctelería, donde destacan las sofisticadas micheladas y cócteles artesanales.
Un menú en constante evolución
Desde hace décadas, el pollo frito, los nachos con queso y las alitas picantes han sido los protagonistas indiscutibles de las reuniones caseras en torno al Super Bowl. Estos platillos impulsaron enormemente el negocio de la comida rápida, con ventas que se disparaban en la semana previa al gran partido. Sin embargo, en los últimos años, los hábitos de consumo han cambiado, y los aficionados han comenzado a incluir opciones más saludables y sabores de otras partes del mundo en sus menús.
Uno de los mejores ejemplos de esta transformación es el guacamole. Su consumo en el Super Bowl se popularizó en la década de los 90, pero en la actualidad es un infaltable en cualquier fiesta del gran juego. Desde la receta clásica con aguacate, limón y sal, hasta versiones más innovadoras con ingredientes como mango, granada o incluso caviar, el guacamole ha demostrado su versatilidad. Se estima que durante el fin de semana del Super Bowl se consumen más de 45 millones de kilos de aguacate en todo el país.
La BBQ también ha sabido mantenerse como uno de los pilares gastronómicos del evento, pero con un toque de modernidad. Mientras que los clásicos como las costillas BBQ, el pulled pork y el brisket ahumado siguen reinando en muchas reuniones, en los últimos años han surgido variantes internacionales. La BBQ coreana, con su combinación de sabores dulces y picantes, ha ganado popularidad. Platos como el galbi (costillas marinadas), el bulgogi (carne de res con salsa de soja y ajo) y las alitas con glaseado de gochujang han conquistado a los comensales en busca de experiencias nuevas y emocionantes.
Además de la diversificación de sabores, las opciones veganas y saludables han ganado terreno en las celebraciones del Super Bowl. Cada vez es más común ver en las reuniones alitas de coliflor, una alternativa ligera y deliciosa que imita la textura crujiente de las alitas tradicionales, pero sin carne. Los nachos veganos con queso a base de nuez de la India y proteína de soya desmenuzada han reemplazado a los tradicionales nachos con carne. También destacan los tacos de jackfruit estilo pulled pork, una opción innovadora que ofrece el mismo sabor ahumado sin productos animales. En el terreno de los dips, el hummus y el baba ganoush han comenzado a competir con las tradicionales salsas de queso procesado, mostrando una preferencia por ingredientes más naturales y menos industrializados.
De la cerveza a la coctelería gourmet
Si bien la cerveza sigue siendo la bebida predilecta del Super Bowl, las tendencias han cambiado y las opciones de mixología han ganado protagonismo. La michelada, en particular, ha pasado de ser una bebida sencilla a convertirse en una propuesta gourmet, con ingredientes que van más allá del clásico jugo de limón y salsa inglesa. Ahora, existen versiones con tamarindo, maracuyá, mezcal e incluso polvo de chapulín, convirtiéndola en una de las bebidas favoritas para acompañar los platillos del Super Bowl.
Además, la coctelería con tequila y mezcal se ha vuelto una opción muy solicitada en eventos privados y suites de lujo dentro de los estadios. Cócteles como la margarita ahumada o mezclas artesanales con infusiones de frutas y especias elevan la experiencia de los aficionados que buscan algo más que la tradicional cerveza.
Restaurantes y catering de lujo
Las cadenas de comida rápida continúan siendo clave en la celebración del Super Bowl, pero el sector gourmet ha sabido ganar su espacio. Dentro de los estadios, la oferta gastronómica ha evolucionado, incluyendo opciones como sushi, torres de mariscos, filetes tomahawk y hamburguesas con trufa. Por su parte, en los hogares, el auge del catering especializado ha permitido que los anfitriones sorprendan a sus invitados con menús personalizados, que van desde sliders de wagyu hasta platillos inspirados en diferentes cocinas del mundo, como tacos de birria, empanadas argentinas, nachos con brisket ahumado y baos asiáticos.
El Super Bowl ha dejado de ser solo un evento deportivo para convertirse en un fenómeno gastronómico siendo cada vez más evidente que la gastronomía del Super Bowl seguirá evolucionando en los próximos años. Sin duda, México, con su influencia culinaria cada vez más fuerte en Estados Unidos, continuará desempeñando un papel clave en la evolución de esta gran celebración.