Estuve hace poco en un castillo en Normandía. Entre viñedos y jardines, confirmé que la hospitalidad se mide en emociones. Ahí, el tiempo parece detenerse: pisos de madera que crujen, la biblioteca que huele a historia, manteles de lino con memoria, y una cocina donde el fuego aún se enciende con cerillos y paciencia.
La hospitalidad aquí es una filosofía heredada. Se cultiva en los rituales cotidianos: en la forma de servir el pan caliente envuelto en lino antiguo, en cómo la vajilla de porcelana es colocada con precisión sobre la mesa, o en la música de cámara que envuelve la cena como un toque de elegancia.
La mesa, como centro de reunión, se prepara como si fuera la última y la primera vez. Cada color se elige para armonizar el espacio. El menú, homenajeando al huerto. El vino no se sirve: se presenta, se respeta.
En lugares como éste, la hospitalidad se convierte en una forma de vivir. Todo se siente natural. Y es precisamente esta mezcla entre lo simple y lo exquisito, la que inspira nuestro trabajo en Hospitality and Butler, y la experiencia que buscamos transmitir en cada curso, cena o montaje.

La mesa estaba dispuesta bajo la luz tenue, un mantel de lino crudo caía alineado con peso exacto. La vajilla —de porcelana francesa heredada— mostraba perfección sobre la mesa.
Copas de cristal tallado que capturaban la luz de las velas, y entre ellas, ramas de lavanda fresca recordaban que lo simple es lo más elegante.
En la cocina, se preparaba una sopa de cebolla caramelizada con vino tinto de la región. Armonizaba una pieza de Bach que flotaba en el aire. Nadie hablaba fuerte. Era como si todos los sentidos hubieran sido invitados a cenar.
Así se seinte el arte de recibir.
La hospitalidad consciente no se trata de lujo excesivo, sino de sensibilidad. El color del menú conecta con la vajilla y con las flores. La música no interrumpe, acompaña.
Todo esto —y más— lo exploraremos en el Curso de Etiqueta y Protocolo, del 27 al 29 de octubre en el Hotel The St. Regis de la CDMX. Un espacio para pulir las herramientas de un gran anfitrión. Un curso que inspira en el placer de vivir.
