La cocina es mucho más que alimento; es una expresión cultural que conecta épocas, paisajes y personas. A lo largo de la historia, ha inspirado a artistas como Agatha Christie y ha sido el terreno creativo de chefs visionarios que redefinen los límites del sabor. Hoy emprendemos un viaje único por las rutas gastronómicas más emblemáticas del mundo, donde los paisajes y los fogones narran historias inolvidables.
El lujo del tren: sabores a toda máquina
Hablar del Orient Express es evocar misterio y lujo. Sin duda alguno, símbolo de elegancia gracias a las novelas de Agatha Christie, este mítico tren además de transportar pasajeros con su mítica ruta Paris-Estambul, también nos deleita con un menú digo de los mejores restaurantes de Europa con platos icónicos como el filet mignon au poive (solomillo con salsa de pimienta) y la clásica crème brûlée, presentados en el entorno art déco con los toques de opulencia propios de otra era.
Bajo la batuta del chef francés Jean Imbert, las recetas clásicas se reinventan con técnicas modernas, transformando cada comida en una experiencia artística.
Agatha Christie, a través de Asesinato en el Orient Express, capturó el lujo y el misterio de este tren mítico, donde la alta gastronomía destacaba con platos como el consomé al jerez y el pato a la naranja, símbolo de opulencia. En sus viajes, Christie también disfrutó de sabores cotidianos como el crumble de manzana, reflejando la conexión entre paisajes y gastronomía en cada ruta.
En Escocia, The Royal Scotsman lleva esta misma fórmula a las Highlands, ofreciendo una travesía donde la gastronomía local es protagonista. El cordero de las Highlands, el salmón ahumado y whiskies de edición limitada rinden homenaje a los sabores tradicionales escoceses mientras el tren avanza entre paisajes majestuosos. Aquí, la cocina no solo es lujo, sino también un reflejo del entorno y su herencia cultural.
Alta mar: cruceros gastronómicos que conquistan los sentidos
En alta mar, los cruceros de lujo elevan la experiencia culinaria a nuevas alturas, tal es el caso de Queen Mary 2, que combina la elegancia de un trasatlántico clásico con menús que han sido diseñados por reconocidos chefs.
Desde la tradicional Res Wellington al estilo británico hasta las propuestas contemporáneas de cocina fusión, cada platillo refleja la diversidad cultural de su ruta. A bordo el viajero podrá participar en catas de vinos y talleres gastronómicos que permiten sumergirse en el arte de la Buena mesa mientras de atraviesa el Atlántico.
Otra alternativa nos la ofrecen los cruceros de Crystal Serenity que recorren el mundo con propuestas gastronómicas más globales, donde podemos resaltar la cocina japonesa de lujo del chef Noby Matsushita, que fusiona técnicas niponas con sabores peruanos, convirtiéndose en toda una atracción foodie. Es Famoso su bacalao negro al miso que es toda una experiencia imprescindible para los viajeros.
Para muchos el viaje tiene un enfoque netamente gastronómico, y aunque paisajes, cultura y todo lo que conlleva la inmersión de nuevos mundos es un aderezo importante más aún lo es el ingrediente principal conformado por la experiencia gastronómica y por resucitar platos que saben de otra manera cuando el entorno invita.