Experiencia gustativa

Sinestesia sensorial: El color en la cocina

El color de los alimentos y bebidas va más allá de lo estético; es también un poderoso persuasor de la percepción y comportamiento
viernes, 16 de agosto de 2024 · 02:05

El color de un alimento es un indicador clave para nuestra supervivencia como humanos, ya que ciertos colores en los alimentos pueden encender luces rojas que alertan si se pueden o no consumir.

El color no sólo influye en cómo percibimos el sabor, sino también en nuestra disposición para comer un producto. Estudios han demostrado que los consumidores tienden a asociar colores específicos con ciertos sabores; a esto se le conoce como sinestesia sensorial, la cual afecta nuestras expectativas y experiencias gustativas.

Innovación cromática

 

En la década de 1990, los gigantes de la industria refresquera decidieron innovar con versiones transparentes de los icónicos refrescos de cola. En 1992 se introdujeron al mercado internacional las versiones “Crystal” y “Clear”, con el objetivo de ofrecer una alternativa “más pura” visualmente, con la eliminación del color oscuro.

¿Por qué fracasaron? Por la profunda conexión entre el color y el sabor. El color oscuro del refresco de cola está fuertemente vinculado en la mente del consumidor con un sabor específico, y una experiencia sensorial. Al eliminar el color, rompieron con esta conexión visual-sensorial, generando una disonancia cognitiva en los consumidores. Aunque las versiones transparentes ofrecían el mismo sabor, los consumidores no pudieron reconciliar la falta del color característico con la experiencia gustativa esperada, lo que llevó a un rechazo.

La misma suerte corrieron marcas que apostaron por cervezas de color neutro o aguas de color negro. El rechazo hacia el agua negra se basa en la desconexión entre la apariencia y la percepción esperada del producto. El agua, por su naturaleza, se espera que sea incolora, lo que refuerza la idea de pureza y limpieza. Un agua de color negro, por el contrario, puede evocar imágenes de contaminación o impurezas, a pesar de las afirmaciones de sus beneficios para la salud. Este ejemplo subraya la importancia del color no sólo como un factor de marketing, sino también como un aspecto fundamental de la experiencia del consumidor.

 

Estrategias culinarias

El uso estratégico del color en la gastronomía puede ser una herramienta poderosa para atraer a los consumidores y mejorar su experiencia culinaria. Los chefs y los desarrolladores de productos alimenticios a menudo emplean combinaciones cromáticas cuidadosas para aumentar el atractivo visual de un platillo, lo que a su vez puede influir en su percepción de sabor y calidad.