Diciembre

Frutas de temporada: un regalo de la tierra

El frío ha llegado y las lluvias han cedido, pero la generosa tierra mexicana no deja de regalarnos varias frutas de temporada
viernes, 27 de diciembre de 2024 · 00:06

En esta época del año, los mercados se llenan de colores vibrantes y aromas dulces gracias a lo que llega en la temporada. Estas delicias no solo son protagonistas de los “aguinaldos” de los niños y adornan las tradicionales piñatas, sino que también enriquecen los platillos festivos de fin de año. Llenas de azúcar y sabor, cada mordida nos recuerda que el tiempo preferido de muchos de nosotros, ya llegó.

Mandarina

La consentida de todos, es un fruto que anuncia la llegada de los días frescos y festivos. Su color anaranjado vibrante y su aroma cítrico inconfundible son una invitación a disfrutar momentos sencillos pero llenos de sabor. Al pelarla, su cáscara perfuma el aire, mientras su jugo dulce y ácido llena el paladar con una mezcla única que evoca buenos tiempos. Perfecta para llevar en el bolso, incluir en los aguinaldos o simplemente disfrutar como colación.

Guayaba

La guayaba, con su aroma intenso y protagónico, es el anuncio inequívoco de que la temporada está aquí. Aunque su perfume invade los sentidos con fuerza, su sabor es todo lo contrario: sutil, delicado, apenas dulce, como un susurro en el paladar. En la Ciudad de México, esta fruta humilde y versátil ha resurgido en popularidad en los últimos años, redescubierta como un ingrediente estrella en la repostería.

Jícama

El nabo mexicano que se hizo pareja inseparable del chile piquín. Estrella de puestos ambulantes e infaltable en la gente que está a dieta, su versatilidad no desmerece. Versátil como pocas, brilla tanto en ensaladas como en cocteles frutales o incluso en platillos más elaborados, siempre con el mismo encanto fresco y mexicano.

Lima

El cítrico que prefiere mantenerse lejos de los reflectores, guarda un encanto único que pocos igualan. Aunque no tiene la popularidad de la mandarina ni la omnipresencia de la naranja, su sabor delicado y fragante la hace destacar en el repertorio de frutas mexicanas. En las tierras cálidas, su versatilidad brilla al transformarse en dulces, aguas frescas o refrescantes paletas heladas. Pero su legado más emblemático está en la gastronomía yucateca, donde es el ingrediente estrella de la tradicional sopa de lima.

Uva

Pequeña pero llena de significado, esta fruta ha conquistado generaciones y se ha convertido en un símbolo de esperanza y prosperidad para el año venidero. No falta en las celebraciones de fin de año. Doce campanadas, doce uvas. Quizás no se habría arraigado en la tradición si no fuera por su sabor amable, fresco y sobre todo, digestivo después del banquete.

Tejocote

El tejocote, con su característico color amarillo anaranjado, es un fiel anuncio de la temporada decembrina. Inconfundible en los ponches navideños, donde su dulzura y textura se mezclan con especias y frutas, también brilla en los tradicionales ates, un dulce que guarda los sabores de la tierra. En los mercados, el tejocote se encuentra en vasitos listos para disfrutar mientras se hace el mandado.

Higo

El higo, con su sabor adulto, complejo y elegante, es una fruta que se siente como un lujo ancestral. Su dulzura madura y su textura suave, salpicada de pequeñas semillas crujientes, ofrecen una experiencia sofisticada, regia. Un solo bocado nos transporta a la historia, recordándonos que esta fruta ha acompañado al ser humano durante casi 7 mil años, desde las primeras civilizaciones del Mediterráneo hasta las mesas mexicanas de hoy. Ya sea fresco, en mermeladas o en preparaciones más elaboradas, el higo es un recordatorio de que los sabores clásicos nunca pasan de moda.

Caña

Con su dulzura primitiva y su textura fibrosa, nos conecta directamente con los sabores originarios de la tierra. Pocas cosas tan simples brindan tanto placer como morder un trozo de caña y succionarlo hasta dejarlo seco. En el ponche navideño, una varita de caña es sinónimo de un sabor inigualable que realza la mezcla de frutas y especias. En Michoacán, esta joya natural ocupa un lugar especial como ingrediente esencial para la elaboración de la charanda, y es incluso motivo de fiestas que celebran su importancia cultural y económica.

-Con información de León Mata O.