En un rincón de la colonia Cuauhtémoc el restaurante Hiyoko desprende aromas a soya y mirin, dos condimentos fundamentales de la cocina al estilo yakitori.
El yakitori –cuya palabra significa “pájaro asado a la parrilla”– se refiere a una pequeña brocheta que puede ser de pollo, carne, cerdo, mariscos o vegetales, cuyo sabor recae en la calidad de los ingredientes y su cocción al carbón.
Aunque es común encontrar estos bocados en el haber culinario de la Ciudad de México, es la propuesta del chef Edo Kobayashi la primera en especializarse en este tipo de cocina.

La calidad recae en el producto
En este lugar, el yakitori se prepara y cocina con binchotan, un carbón vegetal que no produce humo y, por lo tanto, no modifica el sabor de la carne. Entre otras cualidades, los alimentos cocinados con este producto adquieren una textura más jugosa, a diferencia de los preparados con otros tipos de carbón.
En la carta destacan elementos poco convencionales como el corazón, pescuezo, molleja, cartílago, hígado y rabito de pollo; también hay brochetas de carne de pato, wagyu y vegetales, que van desde el hongo shitake, hasta opciones más aventuradas como el pimiento shishito.
En la barra, donde el comensal forma parte del espectáculo culinario, también es posible optar por el menú omakase, acompañado de una selección de vinos, sakes, whiskey y cervezas japonesas que envuelven la experiencia en un recorrido por la cocina nipona.

¿De dónde provienen los ingredientes?
La calidad de los ingredientes es fundamental al momento de hablar de la cocina yakitori. El pollo que aquí se utiliza proviene de la propia granja del chef Edo Kobayashi ubicada en el estado de Puebla.
El pollo orgánico es el principal protagonista de estas brochetas, donde se utilizan todos los elementos provenientes de este animal. Al ser su ingrediente principal, Kobayashi Farm procura la calidad y cuidado de los animales para garantizar el sabor del producto final, en este caso, de las brochetas de pollo.
