Cinco platos típicos para celebrar el Día de la Gastronomía Mexicana

Fue el 16 de noviembre de 2010 cuando la UNESCO declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Gastronomía Mexicana. Bajo esta premisa, el Gobierno de México designó este día para celebrar las bondades de nuestros sabores, ingredientes y su preparación. 

La gastronomía mexicana se caracteriza por su creatividad, trascendencia y los platillos que reflejan la riqueza cultural de nuestro país. A pesar de que existen múltiples alimentos representativos son cinco, principalmente, los que no pueden faltar cuando hablamos de la cocina de nuestro país. 

Pozole

El pozole nació como un platillo ceremonial en el que, se dice, era sacrificado un enemigo para ofrecerlo a los dioses, gobernantes o a su gremio. La carne era cocida con maíz y caldo, aunque no incluía el chile y las especias que lo hace característico hoy en día. 

Actualmente, el pozole continúa siendo parte de nuestro haber culinario, aunque, obviamente los ingredientes han sido sustituidos por proteína animal de cerdo, res, mariscos o vegetales, que son mezclados con un caldo blanco, rojo o verde, conformado por diversos ingredientes, de acuerdo con la región del país. 

Cochinita Pibil

Plato originario de Yucatán, pero altamente apreciado en todo el país. La cochinita pibil es un clásico que no puede faltar en la cocina mexicana. 

Este platillo representativo es elaborado, originalmente, con carne de cerdo, recado de achiote, naranja agria, ajo y especias, envueltas en una hoja de plátano y cocinadas en un horno de tierra. Luego de horas de cocción, éste sale del calor para servirse acompañado de cebolla morada y chile habanero.  

En Yucatán, la cochinita pibil se elabora con cerdo pelón, una especie descendiente de los primeros cerdos traídos en barco por los españoles, durante la época de la Conquista. 

Mole negro

Del náhuatl mulli, que significa salsa o guiso, el mole es considerado una de nuestras insignias como mexicanos. Aunque en el país existen moles de colores, sabores y texturas diferentes, es el mole “negro” el más conocido en todo el país. 

De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, este plato se remonta a la época prehispánica con la preparación de diversas salsas molidas y complejas que, con el paso de los años, se fueron modificando. 

A esta preparación también se comenzaron a añadir proteínas diversas, pero son el pavo, pollo y la res los principales acompañantes de esta preparación. 

Tacos de carnitas

Aunque existen combinaciones infinitas que caben sobre una tortilla, sin duda, los tacos de carnitas destacan entre los favoritos de los mexicanos. Las carnitas provienen de las distintas partes del cerdo, cocidos en fritura con su propia manteca y otros ingredientes. 

El Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana apunta que Michoacán es considerado la tierra donde se inventaron y donde tienen mayor fama a diferencia de otros estados del país. 

De costilla, maciza, lomo, pierna, de las distintas partes que conforman la cabeza del cerdo o de todo un poco: los tacos de carnitas son un plato que nos caracteriza como mexicanos. 

Tamales

En México existen distintas variedades de tamales, según el estado de la República. Cada entidad cuenta con sus propias variaciones en las que se utilizan ingredientes regionales y de temporada, aunque la base principal es la masa de maíz, mezclada con otros elementos, como frutas, proteínas y especias.

Entre los tamales más famosos destacan los de Ciudad de México, hechos a base de mole; Michoacán, con las corundas; Yucatán, con el mucbil pollo, y en Oaxaca, con el tamal de chepil.