Historias gastronómicas

Arroz a la balsa y el viaje en balsa más largo de la historia

En varias ocasiones el aventurero Vital Alsar cruzó el Pacífico en balsa, sin que sus bastimentos resultaran obstáculo alguno
viernes, 1 de julio de 2022 · 05:30

Almacenaron sus provisiones dentro de la cabina elaborada con paredes de bambú, techo de palma y una altura inferior al metro y medio, lo que impedía mantenerse de pie dentro a una persona; la levantaron sobre siete troncos de madera balsa (el más largo de 12 metros y medio de longitud), sin emplear ningún clavo o cualquier otro elemento metálico.

Resguardaron la comida dentro de una caja de madera colocada entre los troncos cercanos a la popa: “Llevábamos 130 kilogramos de fruta enlatada, 90 kilogramos de patatas, 18 kilogramos de harina, 18 de arroz, 18 de habas secas, 90 kilogramos de bananas verdes y 90 kilogramos de naranjas aún por madurar”, sumado a la pesca realizada a lo largo del recorrido, refiere Vital Alsar (1933-2020) en La Balsa. El viaje en balsa más largo de la historia, quien capitaneara la embarcación elaborada con técnicas precolombinas, para navegar desde Sudamérica hasta las costas australianas, en 1970: 13 mil ochocientos kilómetros por el océano Pacífico durante 161 días, casi el doble de la distancia cubierta por la célebre Kon-Tiki de Thor Heyerdhal.

Zarpó con otros tres tripulantes del puerto de Guayaquil, donde ensamblaron la embarcación con la madera talada 200 kilómetros tierra adentro, en la espesura de la Amazonia ecuatoriana, amarrada con una cuerda elaborada de fibra vegetal conocida como cabuya, nombre local del henequén, sobre la que montaron el mástil que sostendría la vela destinada a impulsarlos con la fuerza del viento.

Cargaron 240 litros de agua potable en bidones —luego lamentarían no hacerlo a la antigua usanza indígena: dentro de gruesas cañas de bambú, con sus nudos internos perforados y taponeado con resina el agujero por donde entraba y salía el líquido— y otros 75 litros de gasolina destinados al generador eléctrico empleado para el destartalado aparato de radio instalado dentro de la cabina, envuelto habitualmente en bolsas de plástico para resguardarlo del embate de las olas que, más de una vez, arrojaron a los tripulantes a las aguas infestadas de tiburones.

Nunca dejaría de abastecer el mar al capitán Alsar y sus compañeros durante toda la travesía, a veces de ingeniosa manera: luego de capturar una tortuga viva, perforaron su caparazón con la punta al rojo vivo de un desarmador, para amarrarle una cuerda que la remolcó por el agua para atraer dorados, atunes y sardinas, que surtieron la despensa de la embarcación.

Curiosidades

MENÚ OCEÁNICO
Los antiguos navegantes sudamericanos consumían carne, pescado seco y una variedad de papa llamada kumara.

MÁS BALSAS

  • Alsar intentó cruzar por primera vez el Pacífico en balsa en 1966, naufragando a la altura de las Galápagos. Lo rescató un carguero alemán.
  • En 1973 repitió la travesía Ecuador-Australia, ahora al frente de una flotilla de tres balsas.

COMO ORELLANA Y COLÓN

  • Construyó tres galeones para otra expedición que recorre el Amazonas, en 1977.
  • Con las mismas embarcaciones cruzaría después el Atlántico hasta su natal Santander.
  • Navegó de Veracruz a la costa cantábrica en 1987, en una réplica de la carabela de Colón, llamada Marigalante.

ÚLTIMOS AÑOS

  • Falleció en 2020 en Acapulco, donde vivió al final de su vida.
  • Desde su llegada a Santander, los galeones de Alsar se exhiben en el puerto español.