Gastronomía

A la parrilla o crudo: Qué se comía en la monótona carretera que atraviesa el desierto de Australia

La simpatía generada por el emblemático marsupial australiano, no impide que sus habitantes suelan incluirlo en su dieta habitual
viernes, 22 de abril de 2022 · 01:50

George Miller debió terminar por descartar la escena para Mad Max, al considerar demasiado local la monótona carretera que atraviesa el desierto australiano en las inmediaciones de la localidad de Alice Springs, sembrada por los cuerpos docenas de canguros, descrita así por Xavier Moret en Boomerang. Viaje al corazón de Australia: “Los cuervos descendían para sacarles las tripas y, cuando el coche se acercaba, intentaban llevárselos apresuradamente aferrándolos con las garras, lo que provocaba unos desgarrones y una dispersión de vísceras asquerosos”.

La concentración de marsupiales diseminados por el asfalto hace imposible esquivarlos a los conductores que cruzan las inmediaciones del Uluru —el monolito de hipnótica silueta que emerge en medio de la inmensidad del paisaje—, obligándolos a terminar por resignarse a escuchar el desagradable quebradero de huesos bajo las llantas.

“De noche los canguros van al asfalto atraídos por el calor y cuando los faros de los coches los deslumbran se quedan paralizados”, explicaría el encargado de la agencia donde rentó el vehículo todo terreno con una barra anticanguros habilitada al frente, cuya eficacia ejemplifica con un elocuente ¡paf!

Poco antes, Moret (1952) recalaría en la ciudad edificada al centro geográfico de Australia, para deleitarse con una cena típica de canguro y cerveza, en un pub frecuentado por turistas y camioneros, donde el mesero lo regaña por no arrojar al piso las cáscaras de los cacahuates dispuestos para los comensales. “Es la manera de que quede buena”, le comenta luego el mismo empleado al llevarle su carne ligeramente asada “prácticamente solo por un lado”, a diferencia de los trozos carbonizados en que suelen convertir los filetes de res preparados en las parrilladas locales.

Para salpimentar su relato, el escritor catalán registra una manera más radical de consumir al emblemático animal de Oceanía por parte de Ernest Giles, uno de los protagonistas de la “etapa heroica” de la exploración australiana, durante una penosa travesía por el desierto en el año de 1874, atormentado por el hambre: “Oí un débil gemido y, cuando miré a mi alrededor, vi e inmediatamente cacé un canguro moribundo que su madre debía haber expulsado de la bolsa. Pesaría unos cincuenta gramos y aún tenía una piel muy fina. Me arrojé sobre él como un águila y me lo comí crudo, todavía vivo, piel, huesos, cráneo, todo entero… Nunca olvidaré el delicioso sabor de aquella criatura. Me hubiera gustado tener a mano también a su padre y a su madre”.

Curiosidades

La gastronomía australiana aglutina elementos aborígenes con aportaciones británicas, irlandesas, asiáticas y mediterráneas.

Cocodrilo y búfalo son otras carnes exóticas habitualmente consumidas por sus habitantes.

La Pavlova es el postre más popular entre los australianos, cuya creación disputan con los neozelandeses.

Australia es uno de los principales productores de los denominados vinos del Nuevo Mundo, con más de 60 regiones vinícolas diseminadas por su territorio.

La película Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994), incluye la escena de una parrillada de canguro disfrutada por sus protagonistas camino a Alice Springs.