Personalidades gastronómicas

Conoce a Alfredo González, el chef que apuesta por la cocina sin pretensiones

El chef Alfredo González apuesta por la comida contemporánea desde una mirada jovial, dislocada y, hasta cierto punto caótica, desde la que reinterpreta los sabores de la calle
viernes, 11 de marzo de 2022 · 02:30

Alfredo González apuesta por una comida sin pretensiones en su restaurante 1985 AntiFine Dining (Orizaba 76), ubicado en la colonia Roma de la Ciudad de México.

Se trata de un cocinero mexicano que ha forjado su experiencia en restaurantes de la talla de Pujol, de Enrique Olvera; Quintonil, de Jorge Vallejo, ambos ubicados en la Ciudad de México; Cosme, en Nueva York, también de Olvera; Mexique, de Carlos Gaytán, en Chicago; y Aponiente, sitio con tres estrellas Michelín, del chef Ángel León, ubicado en España.

Bien dorada: Tostada de tripa con emulsión de chiles y ensalada de mostaza; Risueño: risotto con salsa de codzito; y Pulpaul: pulpo, adobo de chapulín y puré de ajoblanco son algunos de los platillos que integran la carta.

“Ofrecemos una sólida propuesta de comida contemporánea, donde desde una mirada jovial, dislocada y, hasta cierto punto, caótica, se reinterpretan los sabores de la cocina mexicana a través de mi percepción”, expresó el cocinero de 36 años, quien antes de dedicarse al mundo de la cocina, estudió la licenciatura de Márketing, en la Universidad del Valle de México, pero se decidió por la cocina, ya que se dio cuenta que su destino estaba en los fogones, para revolucionar el concepto de comida urbana.

Chef Alfredo González
Fotos: Leslie Pérez

Y, desde el nombre de este restaurante 1985 AntiFine Dining, el chef González expone su concepto culinario (anti fino), ya que quiere llevar la cocina callejera a un lugar agradable y lleno de confort como este sitio.

“El 1985 lo agregué al nombre del restaurante, porque es el año en que nací y el AntiFine Dining el anti fino que quiero expresar con la comida”, explicó el chef originario de la Ciudad de México.

El cocinero mexicana agregó que en este restaurante está plasmado todo lo que aprendió en los lugares donde estuvo trabajando.

“Este restaurante es un reflejo de mi persona y de lo que soy. Porque tiene muchas cosas que son muy personales. Por ejemplo, hay un tocadiscos en la entrada donde se tocan discos de big band —jazz que tuvo origen en Estados Unidos, en los años 20—, un género musical que me llevaba directamente a mi abuelo a quien le gustaba mucho bailar, él ya falleció hace 20 años.

“Otro aspecto muy mio es el pastel de tres leches que tenemos en la carta, el cual, me recuerda a mi mamá y a mis tías. Por otro lado, la tostada de pata es en honor a mi papá, porque le gusta mucho. En fin, todos los platos tienen mucho que decir de mi historia”, puntualizó el chef.

UN SUEÑO POR ALCANZAR

Es desde el nombre de este restaurante 1985 AntiFine Dining que el chef expone su concepto culinario (antifino), ya que quiere llevar la cocina callejera a un lugar agradable y lleno de confort.

“El 1985 lo agregué al nombre porque es el año en que nací y el AntiFine Dining el antifino que quiero expresar con la comida”, explicó el chef.

Alfredo agregó que en este restaurante está plasmado todo lo que aprendió en los lugares donde estuvo trabajando.

“Este lugar es un reflejo de mi persona y de lo que soy. Porque tiene muchas cosas que son muy personales. Por ejemplo, hay un tocadiscos en la entrada donde se toca música big band —jazz que tuvo origen en Estados Unidos, en los años 20—, un género musical que me llevaba directamente a mi abuelo a quien le gustaba mucho bailar, él falleció hace 20 años.

“Otro aspecto muy mío es el pastel de tres leches que tenemos en la carta, el cual, me recuerda a mi mamá y a mis tías. Por otro lado, la tostada de pata es en honor a mi papá, porque le gusta mucho. En fin, todos los platos tienen mucho qué decir de mi historia”, aseguró el cocinero.

Foto: Leslie Pérez

El profesional en las artes culinarias narró que desde niño le llamó la atención la gastronomía, ya que sus padres tenían una pastelería y su tío un restaurante que se llamaba Costa Cantábrica.

“Mis papás le vendían pasteles al restaurante. Yo tenía como cinco años en aquel entonces y andaba en mi triciclo de arriba para abajo en la casa de mi abuela. 

El negocio estaba en la parte de atrás y me mandaban por huevo o por leche y yo se los llevaba; eso me divertía. Ellos me pagaban con los recortes de los pasteles o con un poquito de chocolate. 

Ese fue mi primer acercamiento a la cocina. Después, cuando crecí quería estudiar gastronomía y fue cuando mi papá me sugirió estudiar una carrera administrativa, me dijo: —estudia algo que te sirva para que te dediques al negocio de la familia —, y deliberé ¿por qué no? En ese entonces, estaba de moda la mercadotecnia".

Foto: Leslie Pérez

“Terminé mi carrera y trabajé un tiempo en lo relacionado con mis estudios en varias empresas privadas. Después, estuve colaborando en el negocio de la familia. Y ahí me di cuenta de que mi futuro no estaba detrás de un escritorio, porque a mí me gusta estar en movimiento porque soy hiperactivo.  Un día me acerqué a mi papá y le dije: —quiero hablar contigo, te agradezco mucho que me tomes en cuenta para que algún día me haga cargo del negocio, pero ese es tu sueño, no el mío—. Se me quedó mirando con cara de ¿éste qué está diciendo?, y en ese momento, le revelé que quería estudiar cocina”, relató el chef.

 Al final, el papá del chef Alfredo le dijo que estaba bien su decisión, pero que sería la última vez que lo apoyaría en su cambio de carrera profesional.

Actualmente, la determinación de ser chef fue la adecuada, ya que su restaurante está rindiéndole grandes frutos, reflejo de una cocina extremadamente creativa.

“De todos los restaurantes donde estuve trabajando he aprendido mucho. Pero, al que considero mi escuela es Quintonil, ya que el chef Jorge Vallejo me dio la oportunidad de soltarme como cocinero.

“Cuando me decidí a ser chef no me imaginaba que eran tantas horas de trabajo, pero ahora lo disfrutó muchísimo”.
Alfredo González, chef

Foto: Leslie Pérez

 

“El restaurante 1985 AntiFine Dining es un reflejo de mi persona, de lo que soy. Tiene muchos elementos que son muy personales”.

Alfredo González, chef.

LUGARES DONDE TRABAJÓ

Pujol y Cosme, de Enrique Olvera.

Quintonil, de Jorge Vallejo.

Aponiente, tres estrellas Michelin, del chef Ángel León, en España.

Mexique, de Carlos Gaytán, en Chicago.

CONCEPTO
El chef González expone su concepto culinario (antifiino), ya que quiere llevar la cocina callejera a un lugar agradable y lleno de confort como este sitio.

Foto: Leslie Pérez

ALTRUISTA
Ayuda a la Casa de la Amistad, donde se busca cambiar la historia del cáncer infantil en México.

OBJETIVO
El chef busca revolucionar los platillos que ya conocemos de la comida mexicana, pero de una manera más sutil y creativa.

SUS GUSTOS
Al chef Alfredo no le gusta la repostería, pero sabe que es parte de la gastronomía por lo que sabe los conocimientos y la práctica de esta área.

TÓMALO EN CUENTA
Este restaurante busca desempeñar el mismo papel que un Fine Dining, pero que carece de perfección y etiqueta, gracias a que tiene virtudes y defectos que caracterizan al ser humano.