Fiestas gastronómicas

¿Por qué comemos lo que comemos en Navidad?

Por qué algunos sabores o platillos se identifican con esta celebración. La gastronomía navideña sujeta a los cambios de la globalización...
viernes, 9 de diciembre de 2022 · 00:00

Como diría el famoso anuncio de turrón: “Vuelve a casa esta Navidad”; vuelven muchas cosas de las que no se habla durante todo el año.

En el subconsciente de muchos: aromas a almendra, azúcar tostada, chocolate, coco y frutas escarchadas, que anuncian la gran variedad de turrones, mazapanes, y demás dulces navideños, junto al marisco, cordero lechal, pavo y gran variedad de alimentos que forman parte de la cesta básica durante estos días.

Pero no siempre fueron así las cosas, ¿por qué algunos sabores y platillos se identifican con estas festividades?, ¿por qué comemos lo que comemos en Navidad? No hay Navidades sin turrones u otros muchos alimentos, pero ¿de dónde vienen todas estas tradiciones?

Partimos de la base de que esta fiesta es una mezcla de tradiciones profanas y cristianas, y estos matices se fueron acentuando a lo largo del último siglo. La Navidad en sus orígenes era una fiesta de solemnidad con ayuno y abstinencia, cuyo objeto era hacer penitencia y mortificar el cuerpo, que se traducía en una sola comida al día, sin carne.

Donde ahora existen suculentos platillos antes se recomendaban huevos, verduras y, además, en pequeñas cantidades. Se permitía una comida y dos pequeñas colaciones.

Así, el 24 de diciembre se hacía la vigilia como una cena ligera, con tiempo para tener el estómago vacío, previo a asistir a la Misa del Gallo.  Después de misa comenzaba la fiesta y se hacía el “resopón”, que en los hogares modestos consistía en dulces y frutos secos (qué curiosa su similitud con las comidas de final de Ramadán) y en los ricos una verdadera cena con carne, pescado y demás alimentos.

También en el tipo de alimentos acontecieron cambios radicales. En las provincias del interior de España, por ejemplo, se comía pescado de río (anguila y salmón) o en salazón (congrio seco, bacalao), reservándose el consumo de pescado fresco y marisco a las regiones costeras, representando la construcción del ferrocarril y la llegada de la refrigeración que llevaba a las mesas gran cantidad de nuevos alimentos.

El marisco fue prohibitivo hasta los años 60, representando la aparición de la industria de la congelación.

Pero, ¿por qué se come tanto en Navidad? Muchas son las razones que pueden llevarnos a una explicación de este comportamiento que lleva a que la demanda de ciertos productos se convulsione durante las semanas previas a las fechas clave, pero es un libro, el famoso Cuento de Navidad de Charles Dickens, el que puede representar la clave que explique en general que comamos tanto durante esta época.

En sus pasajes se habla de cómo las familias comían sin parar todo tipo de alimentos, desde el famoso pavo a los postres, incluso aquellos que tenían menos recursos ahorraban durante todo el año para poder comer en estos días con manjares especiales.