Gastronomía

Salud en la mesa: La buena alimentación reduce el riesgo de padecer cáncer de mama

Llevar un estilo de vida en el que la buena alimentación sea prioridad, reduce enormemente los factores de riesgo de padecer cáncer de mama, el más frecuente entre las mujeres
viernes, 14 de octubre de 2022 · 02:30

Para Odile Fernández, médico familiar y sobreviviente de cáncer, la enfermedad llegó a su vida, en el momento menos esperado, cuando tenía 32 años y un hijo de apenas tres años. Así es el cáncer. “Si te dicen que tienes cáncer y eres médico, el mundo doblemente se derrumba porque sabes de los efectos secundarios, de los tratamientos, sabes que en tu caso la quimio es paliativa, que, en unos meses estarás muerta... pero, cuando sacas toda la rabia, la ira, la tristeza y el desánimo y comienzas a aceptar el diagnostico, resurges como ave fénix. Yo decidí aferrarme a la vida”, asegura Odile quien fue diagnosticada con cáncer hace seis años.

Después de recibir su primer diagnóstico, Odile decidió dedicarse a investigar cientos de estudios científicos que pudieran darle una guía y esperanza sobre cómo se relaciona el cáncer con la alimentación, las emociones y el estilo de vida. 

Lo que encontró fue sorprendente, decenas de documentos que hablaban de aquella relación, e incluso se enteró que en Alemania y Estados Unidos existía la corriente médica llamada oncología integrativa, la cual trata a los enfermos con medicina tradicional y tratamientos complementarios de nutrición, psicoterapia, musicoterapia, masajes, meditación y yoga. Fue así que se dispuso a crear su propio plan oncológico. Su sorpresa fue que después de tres meses de iniciar las quimios y combinarlas con todo su programa, el cáncer desapareció. 

“Me sentí más viva que nunca. Fue por ello que decidí abrir mi blog, con el único objetivo de contar mis experiencias y compartir mis recetas anticáncer”, asegura Odile, quien es originaria de España.

EL PODER DE LAS CRUCÍFERAS 

Fundamentales para luchar contra el cáncer de mama, las crucíferas reciben su nombre por ser todas aquellas verduras cuyas hojas tienen forma de cruz, entre ellas destacan la col, coliflor, brócoli, rábanos, el colinabo, el kale, el ajopuerro y la maca.

Destaca Odile que “las crucíferas son especiales en la lucha contra el cáncer de mama por poseer una sustancia llamada glucosinolatos que se encuentra en esta familia de verduras. Los glucosinolatos le dan a esta familia su olor y sabor. Cuando las paredes celulares de estos vegetales son rotas por efecto de la masticación o tras ser troceados con un cuchillo, entra en acción una enzima llamada mirosinasa que convierte los glucosinolatos en isotiocianatos y estos son los verdaderos agentes anticáncer”. 

Entre sus principales propiedades destaca que son antiinflamatorias, antiangiógenicos, por lo que el cáncer no puede crear nuevos vasos que le permitan alimentarse y expandirse por todo el cuerpo; son detoxificadores, ya que ayudan al cuerpo a eliminar carcinógenos. Previenen la exposición a los estrógenos, los cuales incrementan el riesgo de padecer cáncer de mama y regulan las hormonas femeninas.

Consumir con regularidad crucíferas reduce significativamente la posibilidad de padecer cáncer de mama hasta en un 50%, mientras que las que ya lo padecen reducen su posibilidad de morir en 62%.

El promedio de edad de aparición del cáncer de mama es a los 60 años, sin embargo, últimamente se ha presentado en mujeres de menor edad: “Hemos visto pacientes mucho más jóvenes y creemos que es por los cambios de hábitos, la alimentación y la dieta, por supuesto, sin dejar a un lado el antecedente familiar”, refiere Montserrat Gutiérrez Mota, oncóloga médica en Grupo MOSI y Hospital San Javier.

LA DIETA IDEAL

De acuerdo con Norma Ortiz, encargada del área de nutrición oncológica de Fundación Salvati, la dieta ideal debe estar compuesta por tres tazas de verduras al día, al menos dos raciones de frutas. Limitar el consumo de alimentos industrializados a una vez por semana, eliminar refrescos, no tomar alcohol, no fumar y tener, al menos,  30 minutos diarios de actividad física. También es fundamental el consumo de proteínas, “si no las consumes tu sistema inmune no tiene las armas para enfrentar, tanto a la enfermedad, como al tratamiento”. 

“La grasa es un aliado del cáncer. Es importante medir qué tanta grasa tienes en el cuerpo, tener más de 31% en mujeres, 24% en hombres, es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de mama o para que haya reincidencia”. 

La alimentación juega un rol fundamental en la prevención, en el tratamiento y en la recuperación de esta enfermedad. Ten en cuenta que es muy importante informar al médico qué es lo que se está consumiendo, para que así puedas llevar el perfecto acompañamiento a tu tratamiento.

COMER CRUCÍFERAS

Estas verduras son fundamentales para luchar contra el cáncer de mama.

GRANDES ALIDOS

La col, la coliflor, el brócoli, los rábanos, el kale y la maca.

MANOS A LA OBRA

Puedes leer todas sus recetas en www.mis recetasanticancer.com

En su blog encontrarás información sobre cáncer, alimentación y hábitos.

Los más importante es acercarse a un nutriólogo especializado en cáncer.

PREVENIR ES CLAVE

 La alimentación es fundamental en la prevención, tratamiento y recuperación. 

60 años edad promedio en la que surge el cáncer de mama.

TOMA EN CUENTA

 La toronja incrementa los efectos tóxicos de los tratamientos.

RICOS EN FIBRA

Opta por alimentos ricos en fibra: granos enteros, pasta o pan integral.

ALTERNA ALIMENTOS

Mezcla legumbres, pescados, huevos y carnes magras.

COME A TUS HORAS

Realiza al menos 5 comidas al día distribuidas a lo largo del día.

HIDRÁTATE BIEN

Mantener una adecuada hidratación consumiendo agua, infusiones y caldos.

DE FORMA OCASIONAL

Carnes grasas, pastelería, bollería, refrescos y azúcares.

LABOR

“Decidí abrir mi blog, con el objetivo de contar mis experiencias y compartir mis recetas”.

PASIÓN

“Resurgí de la enfermedad como ave fénix. Yo decidí aferrarme a la vida”.

Odile Fernández Médico.

PUNTOS CLAVE

35% de los cánceres están relacionados con los desbalances en la dieta.

Tres tazas de verduras al día y al menos dos raciones de frutas es lo ideal.

Limitar el consumo de alimentos industrializados a una vez por semana.

Eliminar de la dieta los refrescos y bebidas azucaradas, no tomar alcohol.

No fumar y tener al menos 30 minutos diarios de actividad física.

Incorporar en tu rutina de actividades meditación,  yoga o pilates.