Bebidas a base de maíz: Conoce el saká, chilatole, tesguino y el quebrantahuesos

En México hay una frase que resume nuestra cultura gastronómica, “Sin maíz no hay país” y es que no existe un rincón de nuestro territorio en el cual este recurso no esté presente en los libros de las culturas antiguas, en los muros de los centros arqueológicos y en la herencia culinaria presente en nuestras mesas.

Los mexicanos no sólo comemos el maíz, también lo bebemos y es ofrenda en los rituales sagrados de nuestras comunidades indígenas. Existen bebidas a base de este ingrediente en los estados de norte a sur: El chilatole y el quebrantahuesos, en Puebla; el pozol y el chorote, en Tabasco; el guarapo, en Veracruz; el piznate en Nayarit; el tesguino o batari, en Chihuahua; y el tesquino, en Jalisco, entre muchos otros.

En Yucatán, Campeche y Quintana Roo se prepara el saká, una bebida sagrada maya ligeramente dulce elaborada a base de nixtamal a media cocción, miel cruda filtrada y agua virgen de río o de cenote, se usa para ofrendar a los dioses en épocas de siembra y en ella los campesinos arraigan una fe inquebrantable ya que significa el elemento que les permite entrar a sembrar con el permiso de la madre naturaleza y los espíritus que la protegen.

 “El hombre debe cuidar del maíz como cuida de su vida, pedir por su milpa y ofrendar a Chá Chaaak el dios de la lluvia para que le de vida al sembrarlo, espante a los animales selváticos, erradique las malas hierbas y lo proteja de todo espíritu maligno en el monte. En correspondencia el maíz le da alimento y sustento a él y a su familia”.

LÍQUIDO SAGRADO

Recientemente y con la intención de hacer más completa la experiencia dentro de la “Ruta Maya”, ha empezado a ofrecerse a los turistas el saká y el balché dentro de los recorridos del sureste del país. Restaurantes de comida regional y centros ceremoniales lo ofrecen a los visitantes para explicar la importancia del maíz como eje de dicha cultura y también poder compartir un poco de la sabiduría que sus ancestros les han heredado.

Un ejemplo de ello es la fascinante experiencia que significa introducirse en los cenotes (cuya palabra significa abismo) para presenciar la elaboración del saká con el uso del maíz criollo, sentir el aroma proveniente de los fogones y finalmente con una jícara degustar la bebida que no sólo es apreciada como un líquido sagrado sino como un regalo que les permite entrar a las maravillas de otro mundo y estar en comunión con sus dioses. “Es posible bajar al inframundo bebiéndose, dependerá de lo que habite en lo profundo del alma lo que les será revelado, algunos regresarán purificados y otros podrán tocar su más terrible obscuridad”.

Este es un ejemplo más de que los mexicanos somos hombres del maíz, es el elemento que nos da identidad, relevancia gastronómica a nivel mundial y llena nuestros paladares de un sabor inigualable.

LA FRASE DE MÉXICO

Sin maíz, no hay país.

VALIOSOS GRANO NACIONAL

Los mexicanos no solo comemos el maíz, también lo bebemos.

RIQUEZA ANCESTRAL

El maíz está presente en los libros de las culturas antiguas, en los muros de los centros arqueológicos y en la herencia culinaria presente en nuestras mesas.

LA GRAMÍNEA SAGRADA

El fruto de la mazorca es ofrenda en los rituales sagrados de nuestras comunidades indígenas.

BEBIDAS CON MAÍZ

Chilatole y el quebrantahuesos, en Puebla.

Pozol y chorote, en Tabasco.

Guarapo, en Veracruz.

Piznate en Nayarit.

Tesguino o batari, en Chihuahua.

Tesquino, en Jalisco.

ALIMENTO SAGRADO

En Yucatán, Campeche y Quintana Roo se prepara el saká, una bebida sagrada maya ligeramente dulce elaborada a base de nixtamal a media cocción.

FILOSOFÍA MAYA

El hombre debe cuidar del maíz como cuida de su vida.

EXPERIENCIA GASTRONÓMICA

En la Ruta Maya, ha empezado a ofrecerse a los turistas el saká y el balché dentro de los recorridos del sureste del país.

LA IDENTIDAD DE UNA NACIÓN

Los mexicanos somos hombres del maíz, es el elemento que nos da relevancia gastronómica a nivel mundial y llena nuestros paladares de un sabor inigualable.