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Adicción por el azúcar, ¿por qué somos más propensos a la comida dulce?

¿Te encanta el dulce? La chef Gabriela Guitrón nos ayuda a descubrir por qué tu cuerpo pide a gritos este alimento
viernes, 22 de octubre de 2021 · 01:50

Entre restos de chocolate pegados al bigote y migajas en el plato terminaba mi domingo con una idea en la cabeza. ¿Cómo fui capaz de terminar un paquete completo de brownies y un vaso de leche fría que probablemente (definitivamente) era más grande que mi cabeza? Un par de días después quedé con una amiga para comer, acto seguido, un mesero se acercó a tomar la orden, a lo que por supuesto contesté: tarta de chocolate.

—¿De plano el postre? — dijo con voz sarcástica mi compañía. —Creo que tienes una adicción al azúcar, cariño.

7:00 am. Café con leche, computadora en mano y tenía que investigar qué me atraía tan desmedida y felizmente al lado dulce. Después de largas horas de investigación y una tarta de calabaza para hacer un poco de compañía a la ansiedad, las respuestas eran claras: el azúcar había probado ser adictiva. 

Al parecer hay estudios que comprueban sus etapas adictivas en interacción con ciertos mamíferos (nosotros, por ejemplo). Cuando consumimos azúcar, parte de nuestras papilas gustativas se activan mandando señales al cerebro activando algo llamado “sistema de recompensa”. Éste libera una hormona conocida como dopamina, encargada de producir satisfacción, nuestro cuerpo necesita energía, la manera de obtenerla se obtiene principalmente en la glucosa, carbohidrato y fuente de energía por excelencia de todos los órganos. Exceptuando el cerebro, todos los órganos necesitan de la insulina para poder absorber la glucosa y convertirla en combustible para el cuerpo. Sin embargo, aquello que sucede con un "free pass" como el que tiene el cerebro al no necesitar de ningún elemento para procesar la glucosa, es una fuente interminable de felicidad. Más glucosa es igual a más dopamina y la fórmula sigue y sigue hasta que mucho es poco y nada es suficiente.

EVITA CONSUMIR PRODUCTOS PROCESADOS

Al consumir cantidades importantes de azúcar, nuestro cerebro se vuelve resistente a la sustancia, logrando una menor liberación de dopamina y una mayor necesidad de soldados dulces para lograr la tarea de rescate y satisfacción en nuestro cuerpo. La ausencia de esta sustancia en nuestro organismo provocará una etapa de ansiedad e irritabilidad conocida en el bajo mundo como abstinencia. (Cuando digo bajo, hablo de dulces escondidos al fondo del maletero, que llevan más vidas que un gato, lamer el envoltorio de tu chocolate favorito, buscando los últimos atisbos de felicidad. Sí, deliciosamente bajo mundo)

¿La solución? Consumirla de manera responsable en frutas, cereales integrales y evitar procesados. No se trata de si o no sino de encontrar un equilibrio.

Note to self: No dejar que el brownie lo controle a uno. Comer azúcar en cantidades desmedidas es malo para la salud y no endulza realmente el corazón.

¿SABÍAS QUE…?

Cuando consumimos azúcar, parte de nuestras papilas gustativas se activa mandando señales al cerebro activando algo llamado “sistema de recompensa”.

SISTEMA DE RECOMPENSA

Consumir dulce libera una hormona conocida como dopamina, encargada de producir satisfacción.

REALIDAD

Nuestro cuerpo necesita energía, la manera de obtenerla se obtiene principalmente en la glucosa y carbohidrato.

NECESIDAD

Exceptuando el cerebro, todos los órganos necesitan de la insulina.

PANORAMA

Más glucosa es igual a más dopamina.

CONSECUENCIA

La ausencia de esta sustancia en nuestro organismo provocará una etapa de ansiedad e irritabilidad conocida como abstinencia.

SOLUCIÓN

Consumir dulce de manera responsable en frutas, cereales integrales y evitar procesados.

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FB: Gaby Guitron