Vinos

Universo Vinícola: Todo lo que debes saber para identificar un buen VINO

Para disfrutar un vino sólo hace falta abrir los sentidos y adentrarse en un mundo de un sinfín de posibilidades
viernes, 13 de noviembre de 2020 · 02:05

El universo del vino si bien no es infinito, es imposible que alguien conozca todo sobre él.  

Para comenzar a entender cuan amplio es este universo, tomemos en cuenta que existen seis mil diferentes tipos de variedades de uva, como Cabernet Sauvignon o Merlot, que pueden ser elaboradas en más de 100 países generando incontables combinaciones entre zonas, climas y suelos, y que, aunados al método de elaboración, dan como resultado un mundo de posibilidades que llevaría diez vidas explorar, pero que es lo que hace tan enigmática a esta milenaria bebida. 

Existe la creencia de que la principal virtud de los sommeliers o los catadores estriba en que tienen nariz y paladar especial, o superior al de una persona común, la realidad es que fisiológicamente no son diferentes, sólo están entrenados y sobre todo han probado más vinos, por lo que tienen parámetros definidos en cuanto a las sensaciones que provocan.  

Por ejemplo, hablando de dulzor, acidez, alcohol y astringencia son capaces de identificar el rango al que pertenecen (seco, dulce, ligeros o robustos), en cuanto a aromas sucede algo similar, tiene un amplio espectro de familias aromáticas que están estructuradas en su mente, yendo de lo general a lo particular, algunas de estas notas son sencillas de identificar como los cítricos (limón amarillo y verde, toronja) o los frutos de bayas (zarzamora, arándano, fresa), pero cuando llegamos a los descriptores como flores blancas, maderas finas, especias y vegetales es en donde los menos experimentados en el tema encuentran mayor dificultad al reconocerlos, y, es que la principal diferencia entre profesionales y aficionados radica en la memoria

Un profesional no sólo prueba vinos, los cata bajo un método, con el fin de crear referencias que se queden en su memoria, éstas generarán mapas mentales de zonas, estilos, características, calidades y una enorme cantidad de descriptores aromáticos que, acompañados de largas horas de estudio, crearán una biblioteca sensorial en su cerebro, por eso el valor de un profesional del vino reside, por una parte, en la variedad de vinos catados y, por otra, en el estudio del vino, ya que éste le proporciona el léxico para expresarlo, la ubicación geográfica para determinar factores como el clim y suelo, los elementos de la enología en la elaboración, la variedad de la uva empleada y hasta los datos históricos complementarán la información necesaria para invitar a sus escuchas a generar una experiencia realmente especial. 

Dicha experiencia es mucho más que sólo beber vino, es dejar a nuestros sentidos ser guiados, disfrutar al máximo, identificar cada aroma y sensación que nuestra memoria evoque, viajar con nuestra imaginación a esa zona, a imaginarnos el viñedo, el sol o la lluvia, la vid, sus uvas, ver en nuestra mente la cosecha, ver cómo ese fruto se convertirá en vino y cómo ese vino será depositado en una botella para viajar de regreso a nuestras manos, ser descorchado y servido en nuestras copas, donde percibimos sus aromas.  

Al beberlo encontramos sus sensaciones y recordamos que el vino es arte, arte efímero donde su máximo objetivo es el de ser disfrutado dejando un momento que se quede en la mente y el corazón de quien lo degusta. 

Lo importante es entender que cualquier persona, con la dedicación y entrega suficiente, puede llegar a catar vinos como los mejores del mundo, y que para disfrutar de un vino sólo hace falta abrir nuestros sentidos. 

 
Por Andrés Amor