Dulces mexicanos
Dulces conventuales: El origen de una dulce tradición
Conoce los dulces más representativos de nuestro país, creados en los conventos del VirreinatoLos dulces conventuales sentaron las bases de los dulces típicos mexicanos. Fue durante los siglos XVI y XVII cuando estas preparaciones se cocinaron, perfeccionaron y combinaron diversos ingredientes de España y de México.
De acuerdo con Larousse Cocina, varios de estos dulces no se han modificado y su preparación se conserva casi intacta hasta nuestros días, sin embargo, las recetas españolas que incluían frutos en su preparación, se adaptaron a la disponibilidad de ingredientes de producción regional, como los dulces y ates de guayaba o tejocote.
Al adaptar las recetas, los conventos aprovecharon para crear huertos en sus propiedades, con diferentes ingredientes que, al madurar, se usaron para elaborar deliciosos postres, entre ellos el flan, buñuelos, camotes y capirotadas.
Así, de las cocinas de los conventos empezaron a surgir conservas en almíbar: higos, duraznos, membrillos, limones y naranjas, también las confituras, las cuales se hacían con frutas secas como almendras o avellanas importadas de España y pepitas de calabaza.
Gracias a las monjas del Convento de Santa Clara, hoy podemos comer borrachitos, camotes y muéganos, los cuales se fríen, hornean y se bañan con un almíbar espeso.
La demanda de los dulces de los conventos, llevó a acondicionar las cocinas del virreinato, en las que se construyeron hornos de leña para seguir horneando alfajores, merengues, natillas, muéganos con vino, cocadas, jericayas, pan de yema, cajetas, natillas y, por supuesto, turrones.
Los dulces conventuales tienen una larga historia, a la que también contribuyeron los monjes bernardinos, especialistas en la cocción de las frutas, ellos crearon las jaleas, mermeladas y los ates a base de durazno, membrillo y guayaba.
LOS PRIMEROS
Cuando se comenzaron a preparar los primeros dulces en los conventos, se acostumbraba comer los alfeñiques, estos se hacían con una pasta de azúcar con aceite de almendras, o bien, el bienmesabe, un postre de almíbar, yemas y almendras.
PRIMEROS ENDULZANTES
Se acostumbraba la miel de abeja y de maguey.
VARIEDAD
Hay muchos dulces relacionados con las tradiciones religiosas, como los buñuelos y las capirotadas.
ANTECEDENTES
Sor Juana Inés de la Cruz describió en sus recetarios algunos dulces de nuez, así como buñuelos.
SIGLO XVIII
Existían cerca de 20 fundaciones religiosas que elaboraban y vendían sus productos en CDMX.
ÉPOCA VIRREINAL
Las monjas incluyeron ingredientes locales para cocinar dulces conventuales.