Ingredientes ancestrales
Conoce Queen Bee Honey, la cooperativa sustentable maya al rescate de la miel
Bego Quijano es una mujer yucateca emprendedora de 29 años, y se dedica a la miel. Hace seis años creó la cooperativa Queen Bee Honey. Y su miel de veras cura...¿Ustedes también sienten que pasan más tiempo en redes sociales ahora, encerradxs, trabajando desde casa? (Dios quiera que tengan trabajo, aunque sea poquito, y que les paguen por él, aunque sea poquito.)
Gracias a Instagram conocí a Bego Quijano, quien es una mujer yucateca emprendedora de 29 años, A+, diez en conducta, le gustan los atardeceres, odia las aceitunas, estudió Administración de Recursos Naturales, y ahora se dedica a la miel. Hace unos seis años creó una cooperativa llamada Queen Bee Honey. Y su miel de veras cura.
(Paréntesis para decirles que creo no me he autoarrobado correctamente. En Instagram soy @yulsuarez, servidora.)
La miel es un ingrediente muy controversial. Las prácticas para su obtención no han sido las adecuadas. Árboles se pierden, ecosistemas se ponen en peligro. Pero Queen Bee Honey es diferente. La historia inicia en 2014. Bego hacia su servicio social en la reserva de flora y fauna Otoch Ma’ax Yetel kooh (en español: la casa del mono araña y el puma). Una cosa llevó a la otra y Bego llegó a Yodzonot, un pueblo de costumbres y tradiciones mayas cuyos habitantes viven en situaciones muy marginadas y donde conoció a doña María y a su familia.
Doña María era la matriarca y la única que hablaba un poco de español. Mujeres al fin, compañeras, Bego y María terminaron platicando horas. Luego como que pegó el hambre. Y a Bego le ofrecieron lo que llamaron “hotcakes mayas”: una tortilla hecha a mano con miel de jabín y dzidzilché. Ya saben: hay pequeñas cosas simples que cambian el rumbo de nuestra vida: la comida –este taquito de miel que comparto contigo, amiga– no sólo une: construye.
Bego todavía no acababa de creer que ese era el mejor bocado de su vida cuando doña María la llevó a conocer su apiario: dos mil quinientas abejas que son como sus pequeñas hijas, toda la producción era únicamente para consumo propio debido a que la logística para comercializar su producto era complicadísima: más de cuatro kilómetros caminando en la selva para llegar a pie de carretera y esperar a ver si por obra del Espíritu Santo (el único espíritu) pasaba un auto.
Bego preguntó si podía comprar alguito de la producción de doña María. Y así comenzó la historia de Queen Bee Honey, que hoy es una cooperativa de 65 familias colaborando en conjunto cuyo eje principal es el amor y la unión -el monopolio de la miel los llama anarquistas, por tener el amor y no las ganancias como eje-. Estas familias entienden las abejas de tal forma que cada cosecha se centra en el tiempo y la forma que ellas dicten.
También buscan la conservación de la abeja melipona, una abeja sin aguijón o xunan kaab, como se le conoce en maya. Estas abejas son las mejores polinizadoras que existen. Son las responsables de la polinización del 60% de la selva maya. Son sabias –para no decirles selectivas, hay que respetarlas–: producen sólo 3 o 4 litros de miel al año. Esta miel, alimento del sol, es valorada por las comunidades mayas por sus propiedades curativas. Fortalece el sistema inmune, el digestivo, el respiratorio, el óptico. El sistema socialista y el capitalista también.
Queen Bee Honey trabaja también con mieles a las que agregan superalimentos: doble poder. Y diferencia sus mieles por cosechas. Cada miel tiene un sabor particular por fecha de recolección, familia que cosechó y las flores que las abejas fueron a polinizar, así es aquí las abejas son libres de hacer lo que quieran y siempre vuelven a sus colmenas felices y satisfechas. (A menos que se la hayan pasado muy mal en su viaje polinizador. En ese caso regresan tristes e insatisfechas y se tiran al alcohol. Las he visto en cantinas y bares de mala muerte, a veces quedándose dormidas en el piso del baño con las alas todas rotas. Pobrecitas.)
Pero esto no es un comercial. Nomás creo que hay que acercarnos a proyectos de veras sustentables, pongamos nuestra gotita de miel para apoyar a las familias que les dan vida.