En los últimos años, el auge de los bares de vino o wine bars ha sido crucial para que cada vez más personas se acerquen a esta bebida y se atrevan a probar etiquetas de distintas latitudes.
La posibilidad de tomar una copa de vino desenfadadamente ha brindado a los consumidores usuales un nuevo espacio para compartir y departir, y a los menos experimentados, un espacio seguro para hacer preguntas e ir descubriendo aromas, sabores, regiones e historias, sin presión y de la mano de los expertos.
Uno de los espacios que ofrecen esta posibilidad en la Ciudad de México es Vigneron, un wine bar que se guía por la filosofía “pequeños productores, grandes vinos” y que brinda a sus visitantes la posibilidad de degustar etiquetas poco comunes y de excelente relación precio-calidad, acompañadas de una propuesta gastronómica fresca y sólida.
Foto: Cortesía Vigneron
Aires renovados
Comenzó como un tasting room para clientes de la importadora Vinos Amparo y, más adelante, como primer acercamiento al público, ofrecía vinos por copeo y por botella acompañados de una modesta selección de bocados. Con el tiempo, el proyecto evolucionó para convertirse en un espacio más gastronómico, cómodo para el comensal, con una mayor capacidad de guarda de vinos: un auténtico bistró parisino pero en la Ciudad de México.
Foto: Cortesía Vigneron
Los expertos que marcan la pauta en la experiencia son el sommelier Mario Luna, del lado de la selección de etiquetas y servicio, mientras que el menú, igual de importante que la curaduría de vino, está en manos del chef Aram Abisahi que basa su cocina en la misma filosofía que enaltece el producto, da prioridad a pequeños productores y se alinea a la temporalidad de los ingredientes.
Un espacio amigable
Vigneron se define como un “gastro-wine bar para todos”, con los vinos y tendencias de moda para que cualquier curioso que desee adentrarse pueda tener una experiencia placentera, guiada por sommeliers. De igual manera, para los expertos, la cava guarda joyas enológicas que podrán probar solo aquí.
Gracias a la selección semanal de entre 10 y 12 etiquetas que se venden por copeo, la promesa es que en cada visita los entusiastas de esta bebida encontrarán nuevas historias de productores de vino. A su vez, el menú de cocina también ofrece siempre nuevos matices de acuerdo con los ingredientes disponibles.
Foto: Cortesía Vigneron
La invitación de Vigneron es no dejarse intimidar por el vino y entregarse abiertamente a una experiencia de grandes etiquetas y grandes platos, solo por el placer de disfrutar en la mesa y conocer un poco más sobre la cultura de esta bebida y la historia de la gente que hay detrás de cada bodega.
Vigneron
Jalapa 181, Colonia Roma Norte, CDMX
