Chile en Nogada rosa, te decimos en qué restaurante de Coyoacán se sirve el mejor

Coyoacán es referente de cultura bohemia, un punto de reunión social, colores, música y gastronomía. 

Ubicado en el multifacético centro de Coyoacán, a las orillas del Parque Centenario y ostentando el número 12, encontramos a  Los Danzantes. Un restaurante que comienza su existencia en el año 1995 y cuyo principal objetivo a lo largo de los años, ha sido lograr una mezcla perfecta entre lo prehispánico, lo colonial y la modernidad, que dicho sea de paso lo ha logrado de manera sublime. 

De la mano del chef Alejandro Piñón, quien se formó en las cocinas de este lugar, nos invitan a los cautivos comensales a disfrutar del Festival de Chiles en Nogada  que año con año realizan.

Arropados por un ambiente cálido, con murales coloridos y espejos que iluminan cada rincón, comenzamos el festín con una hoja santa, rellena de quesillo y queso de cabra fundidos, y perfectamente acompañado con una salsa ligeramente ácida  y ahumada de miltomate y chile chipotle meco. 

De segundo, la estrella de la temporada, el Tradicional Chile en Nogada, que más allá de la importancia en sí, en Los Danzantes le dan un valor agregado gracias a la calidad de los ingredientes. Y con esto me refiero no solo organolépticamente, si no en su origen. Con carne black angus, de libre pastoreo y  trato digno, frutas en cantidad suficiente, nogada tierna y dulce, con texturas notorias en cada bocado hace que se convierta en una experiencia digna de recordar.

En la tradición popular el chile en nogada es capeado, pero en Los Danzantes apuestan por un chile poblano en punto exacto de tatemado, con textura crujiente y sabor ligeramente fresco que servirá como el perfecto caparazón para un relleno impresionante.

Así como el chile en Nogada es el rey, el Chile Mulato en Nogada Rosa es la reina. Con más de nueve años en la carta, este peculiar chile sorprende a todos con la unión casi mágica entre las notas claramente ahumadas y picantes del chile mulato con la suavidad afrutada de la nogada, cuya peculiaridad , además del color ,es el dejo de sabor a moras y bugambilia  que deja en el paladar. Una joya, que sin duda, no se debe de dejar pasar.

Y para dejar un sabor dulce en nuestra boca, terminamos este recorrido con un sutil risotto coco piña, que más allá de la cremosa textura nos llena la nariz de tonos avainillados por la crema pastelera que combina a la perfección con el coco y la piña. 

Todo este festín  fue bailando de la mano de un maridaje totalmente a tono, con ahumados de mezcal, ciruelas del Nebiolo y cítricos en el  aperol.