Dónde comer en CDMX

El restaurante ecléctico que busca ser el más bonito del sur de la CDMX

Se trata de un sitio de cocina mexicana con guiños de cocina internacional que ha llegado a San Jerónimo para consentir a los foodies del sur de la capital. 
domingo, 4 de junio de 2023 · 20:10

Legado familiar, cientos de historias y platillos de aquí y de allá, engloban la propuesta de Bencomo, un restaurante de cocina mexicana con guiños de cocina internacional que ha llegado a San Jerónimo (Luis Cabrera 52, San Jerónimo, CDMX) para consentir a los foodies del sur de la capital. 

Con una extensión bastante grande y salones con diversas temáticas, Bencomo, aunque lleva relativamente poco tiempo en la escena gastronómica lleva ya varias generaciones gestando lo que es hoy. El punto de partida de sus sabores se llama José María Bencomo que, en las primeras décadas de 1900, viajaba desde Temosáchic, Chihuahua, a la Ciudad de México con todo un cargamento de los productos que se daban en su rancho, ingredientes que supo transmitir y heredar a los suyos y que años después inspiraron los platos que hoy se sirven en las mesas de Bencomo.  

Su arquitectura ecléctica no pasa desapercibida, diversos estilos y salones invitan a pasar el rato, según el estado de ánimo, ya que puedes elegir desde comer en el patio de la casa colonial, el jardín de las monarcas, dentro de la cava inspirada en Marruecos y, por qué no en la bóveda inspirada en las bodegas de Dom Perignon. 

Si bien los salones invitan a echar la imaginación, en la cocina reina la conciencia, creatividad y la calidez de la cocina del recuerdo que evoca a los abuelos y los sabores de familia que pueden ir en los desayunos desde unas enfrijoladas o los huevos Bencono, servidos con espinacas a la crema unos perfectos huevos pochados o la trinidad ancestral del maíz, del frijol y de la calabaza en forma de plato que aquí se llama omelette milpa. El pan dulce es imperdible. 

Ya para la hora de la comida, la versatilidad continúa haciéndose presente en su cocina, algunos de los platillos imperdibles son los corazones gigantes de alcachofas o el ricotta de la casa; tampoco dejes pasar el robalo al perejil con gulas, camarones, almejas y mejillones o el caldo de piedra que se termina en tu mesa y ni qué decir de su mole, bellamente servido en una cazuela de barro. 

Si de postres hablamos no puedes dejar de pedir el ya famoso arroz con leche, cuya presentación te llamará la atención en cuanto llegue a la mesa, ya que en apariencia es una mazorca de maíz, pero con el inigualable sabor a un arroz con tres leches, aquí nada es lo que parece.