Un lugar en la Juárez para recordar, rendir homenajes y sentirse como en casa

Cocinar para recordar, para rendir homenajes y sentirse como en casa; para no olvidar y forjar lazos, para conocerse y pasar un buen rato.  

En el número 23 de la calle Oxford en la colonia Juárez, en la Ciudad de México, con letras doradas sobre la fachada se lee Sonia (@restaurante.sonia), seguido de una puerta que, aunque pequeña, se abre a un sinfín de posibilidades gastronómicas en medio de una hermosa casona que, en varios “cuartos”, cuenta con los ambientes ideales para cada situación: mesas para platicar con amigos, la familia o una bella cita con tu pareja. 

La cocina es abierta, ruidosa y evoca a la cocina de la abuela; sin pretensiones y a la vista de todos, ahí empieza y acaba todo. Sobre las paredes, fotos, cartas y pasaportes sellados nos adentran a la intimidad de Sonia, quien fuera la abuela de uno de los socios e hilo conductor de lo que hoy conforma el restaurante liderado por el chef Édgar Delgado. 

“En Sonia todo se trata de pasión, de cuidado, de excelente producto. Trato de inculcar eso a mis cocineros, ser un mentor para ellos. Ser una guía para que no sólo se vayan de aquí con nuevos conocimientos, sino que tengan las herramientas para poder salir adelante y compartir lo aprendido, de eso se trata la cocina, de compartir, de tener cariño y respeto por lo que se hace”, asegura el chef Édgar, quien ha pasado por algunas de las cocinas de los chefs más reconocidos del mundo. 

DE POLONIA A URUGUAY Y DE PASO A MÉXICO 
Para entender la esencia de Sonia hay que conocer su historia. Ella, polaca, salió huyendo de Polonia durante el holocausto, llegando de refugiada a Uruguay en donde reconstruyó su vida y se enamoró de Julio, con quien se casó y empezó una nueva vida. Sin embargo, la dictadura militar en Uruguay los obligó a viajar a México en donde, se refugiaron nuevamente y forjaron un nuevo camino, uno en el que las recetas polacas, uruguayas e incluso mexicanas hicieron de las suyas para conformar lo que hoy en día es el restaurante Sonia. 

Es curioso y, hasta romántico, que, a Sonia, hoy sólo lo separe de Lo de Julio (restaurante de inspiración uruguaya @lodejuliomx y también parte del grupo), tan sólo unos pasos, rememorando el amor que hubo entre ellos. “Por supuesto, Sonia, sofisticada, elegante, de atención al detalle y, Julio, relajado, sin prisas y complicaciones”, refiere el chef, quien también está a cargo de la cocina de Lo de Julio y quien justo ahora se encuentra de viaje explorando todas las virtudes de la gastronomía uruguaya, para evolucionar los platillos de este sitio. 

UNA COCINA SIN LÍMITES 
En Sonia se vive un sincretismo gastronómico interesante, dada su diversidad de influencias, pero todo bajo un viaje culinario en el que lo que manda es el respeto al producto, las recetas de familia y la técnica, “pongo en práctica todo lo aprendido en mis viajes, en la escuela y los estados en los que he tenido fortuna de estar, lo más importante para nosotros es hacer una cocina reconfortante que te haga sentir a gusto y con las mejores técnicas, siempre cuidando a nuestros colaboradores con salarios justos y haciéndolos sentir parte del proyecto”, indicó el chef.  

Así, en Sonia podrás abrir apetito con el coctel Mixtli, mezcal espadín-tobalá, pulpa de guayaba, jalea de jalapeños y jugo de limón, para después degustar de entrada un tamal de frijol negro y queso Oaxaca con salsa macha y quelites, seguir con unos tacos de papada con paté de lobina y habanero tatemado, para dar paso a uno de sus fuertes más deliciosos, las carnitas de guajolote en mole negro y compota de plátano macho y ajonjolí, o la pesca del día: lobina rayada, con pipián verde, pak choi y quelites ahumados. El dulce final lo da su pavlova de frutos rojos. Además, todos los miércoles tienen música en vivo, ideal para cenar acompañados de un buen vino y cientos de historias.