Cuando se trata de cuidar los huesos y mejorar el rendimiento físico, hay una bebida que ha acompañado a muchas generaciones: la leche. Sí, esa que siempre está en el refri, la que nos daban de niños y que muchos han dejado de consumir por moda o mitos. Pero lo cierto es que sus beneficios siguen siendo igual de valiosos.
Lejos de ser solo un complemento para el cereal o el café, la leche es una fuente natural de calcio, proteína, y otros nutrientes clave para el desarrollo y mantenimiento del cuerpo. Desde fortalecer los huesos hasta ayudar a aumentar masa muscular, esta bebida sigue siendo un básico que vale la pena considerar.
Si últimamente te sientes con menos energía, si haces ejercicio y no ves tanto avance o si simplemente quieres mejorar tu alimentación, tal vez deberías volver a ponerle atención a este alimento. Aquí te contamos por qué tomar leche puede marcar la diferencia en tu salud diaria.

¿Por qué la leche ayuda a fortalecer los huesos?
El principal beneficio por el que muchos conocen la leche es su alto contenido de calcio, mineral fundamental para tener huesos fuertes. Este mineral también es clave en la prevención de enfermedades como la osteoporosis, sobre todo en personas mayores o en mujeres después de los 40.
Pero además del calcio, la leche contiene vitamina D, fósforo y magnesio, los cuales ayudan a que el calcio se absorba mejor en el organismo. Así, el cuerpo no solo recibe el mineral, sino que lo aprovecha al máximo. Incluir un vaso de leche al día, sobre todo en el desayuno o antes de dormir, puede ayudarte a mantener una buena salud ósea a largo plazo. También es una excelente opción para adolescentes y jóvenes en etapa de crecimiento.
¿Y cómo ayuda a aumentar masa muscular?
La leche contiene proteínas de alto valor biológico, como la caseína y el suero de leche (whey), que aportan todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para reparar y construir tejidos musculares. Por eso es una gran aliada si haces ejercicio de fuerza o estás en un plan para subir masa muscular.
Tomar un vaso de leche después de entrenar puede ayudarte a mejorar la recuperación, reducir el dolor muscular y favorecer el crecimiento del músculo. Además, es una forma práctica y económica de sumar proteína a tu dieta sin recurrir a suplementos caros.