El consumo de ciertas bebidas, cuando es frecuente y excesivo, puede provocar daños progresivos en órganos vitales como el hígado, causando la cirrosis hepática, una enfermedad crónica que afecta directamente la capacidad de dicho órgano para cumplir sus funciones.
A pesar de que existen múltiples factores que pueden desencadenar esta afección, especialistas en salud hepática han identificado una relación directa entre el daño al hígado y el consumo prolongado de bebidas con altos niveles de "toxicidad".
De acuerdo con la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), el consumo excesivo de ciertas bebidas es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar cirrosis hepática y, a su vez, para aumentar la probabilidad de padecer cáncer de hígado. ¿Tienes alguna idea de qué bebidas se trata?.
Qué bebidas podrían causar la cirrosis
La organización ya antes mencionada advirtió que el abuso de bebidas alcohólicas daña progresivamente las células hepáticas y puede desencadenar enfermedades graves. Entre esas opciones se encuentran:
- Cerveza
- Vinos
- Licores
Estas bebidas pueden contribuir a la cirrosis si se consumen en exceso. Además, las bebidas azucaradas, como los refrescos o sodas de sabores, pueden contribuir al desarrollo de hígado graso no alcohólico, que también puede llevar a dicho padecimiento.
Especialistas argumentan que el daño hepático relacionado con el alcohol suele desarrollarse de forma silenciosa, por lo que muchas personas no detectan los síntomas hasta que la enfermedad está avanzada. Entre las señales más comunes se encuentran fatiga persistente, hinchazón abdominal, coloración amarillenta en la piel y pérdida de peso inexplicada.
La clave para evitar que estas bebidas se conviertan en el factor principal para desencadenar enfermedades hepáticas, es limitar el consumo de alcohol o evitarlo por completo para mantener un estilo de vida saludable y acudir a revisiones médicas regulares puede reducir significativamente el riesgo de daño hepático.