Con este clima fresco y lluvioso, nada se nos antoja más que una bebida caliente. Si estás buscando algo reconfortante y lleno de sabor, el atole de pinole es la opción perfecta para ti. Esta bebida tradicional mexicana es ideal para acompañar el desayuno o para consentirte por las tardes.
El pinole es una mezcla ancestral a base de maíz tostado molido, y forma parte de las recetas prehispánicas que aún se disfrutan en muchos estados del país. En lugares como Tabasco, Chiapas y Oaxaca, sigue siendo parte del menú diario, especialmente en las temporadas de frío o en celebraciones tradicionales.
Su sabor suave, ligeramente dulce y su textura espesa hacen del atole de pinole una bebida completa y muy saciante para esta época del año. Además, es fácil de preparar en casa con pocos ingredientes y sin complicaciones. Aquí te contamos cómo hacer esta delicia desde cero.

Atole de pinole | Receta fácil y tradicional
Ingredientes:
- 1/2 taza de pinole
- 1 litro de agua (o puedes usar leche para una versión más cremosa)
- 1 raja de canela
- 1/4 de taza de piloncillo rallado o azúcar al gusto
- 1 pizca de sal
- Opcional: 1 cucharada de cacao en polvo
Preparación:
- En una olla mediana, pon a calentar el agua con la canela y el piloncillo. Deja que suelte el hervor y que el piloncillo se disuelva completamente.
- Disuelve el pinole en un poco de agua fría aparte para evitar grumos.
- Una vez que el agua con canela esté lista, agrega el pinole disuelto y mueve constantemente a fuego medio.
- Cocina durante 10 a 15 minutos, sin dejar de mover para que no se pegue. El atole debe espesar y tomar un tono dorado.
- Si lo deseas, añade cacao en polvo para un toque chocolatoso. Ajusta el dulzor al gusto.
- Sirve caliente y acompaña con pan dulce, tamales o galletas de maíz.
El pinole es maíz tostado molido finamente, que a veces se mezcla con canela, azúcar o cacao. Se puede usar para preparar bebidas, atoles o incluso como base para algunos panes y galletas. Es una fuente natural de energía y fue uno de los alimentos clave para pueblos originarios como los tarahumaras, que lo usaban para resistir largas caminatas o carreras.