Cuidar de nuestro corazón no solo implica mantener activo el organismo o evitar los niveles altos de estrés. La alimentación también juega un rol muy importante. Por eso, una forma sencilla y sabrosa de contribuir a la salud del sistema cardiovascular es a través de lo que comemos y bebemos, como por ejemplo este jugo natural y refrescante que puedes preparar en casa en pocos minutos.
Aunque solemos pensar continuamente en las enfermedades cardiovasculares como problemas lejanos, la realidad es que este tipo de afecciones afecta cada vez a personas más jóvenes. Por eso, mantener hábitos saludables desde temprano puede marcar una gran diferencia en la prevención de afecciones como la hipertensión, el colesterol alto o los infartos.
Para ello, una bebida ideal es el jugo de tomate con limón y albahaca. Estos elementos resultan saludables gracias a sus nutrientes, ayudando a cuidar de nuestro corazón. Por ejemplo, el tomate es rico en licopeno, un antioxidante que puede reducir el colesterol malo y proteger tus arterias. Por otro lado, la albahaca aporta propiedades antiinflamatorias y el limón ayuda a mejorar la circulación, además de aportar vitamina C.
Jugo de albahaca, tomate y limón
- 2 tomates medianos maduros
- 1/2 limón
- 3 a 4 hojas de albahaca fresca
- 1/2 taza de agua
Pasos
- Lava los tomates y córtalos en cuatro para facilitar su molienda.
- Coloca los tomates, la albahaca, el jugo de limón y el agua en la licuadora.
- Procesa todos los elementos hasta obtener un jugo uniforme.
- Sirve y disfruta.
El tomate es una fruta bastante dulce, así que el resultado de esta receta es un jugo balanceado y refrescante. Pero si quieres equilibrar tu bebida, puedes integrar una pizca de sal para resaltar los sabores de los ingredientes. Lo ideal es tomar este jugo por las mañanas, justo antes de comenzar tu desayuno. Así, tu cuerpo podrá absorber mejor los nutrientes y aprovechar sus beneficios a lo largo del día.
Además de incluir jugos que te ayuden a cuidar tu organismo como este en tu rutina diaria, también puedes aplicar otros hábitos que te ayuden a cuidar de tu corazón. Recuerda llevar una dieta balanceada, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, hacer actividad física con regularidad y evitar elementos como el tabaco. Todos estos pequeños cambios pueden hacer un gran impacto a largo plazo.
