Cada 25 de mayo se celebra el Día Internacional del Vino, una fecha perfecta para reconocer y rendir homenaje a una de las bebidas más apreciadas del mundo. Más allá de sus variedades, aromas y presentaciones, el vino es una expresión cultural que une historia, tradición y placer en cada trago. No obstante, disfrutarlo plenamente también depende de algunos detalles técnicos que muchas veces pasamos por alto, como por ejemplo la temperatura.
La temperatura a la que servimos un vino, aunque parezca un detalle menor, puede alterar por completo la percepción de la bebida. Su aroma, sabor y textura se pueden intensificar o atenuar dependiendo de cuán frío o caliente esté el vino. Saber esto es fundamental si quieres sacar el máximo provecho de cada variedad o etiqueta que tengas en casa.
En esta fecha tan especial para los amantes del vino, te explicamos por qué la temperatura importa tanto al tratarse de disfrutar de un buen vino y cuáles son las recomendaciones para servirlo correctamente según su tipo. Así podrás brindar con estilo y seguridad al mismo tiempo que disfrutas las mejores características de tu copa perfectamente equilibrada.

Por qué importa la temperatura en el vino
El factor de la temperatura influye directamente en la liberación de aromas, la percepción del alcohol y la textura del vino en nuestra boca con cada trago. Un vino tinto demasiado caliente puede resultar pesado y muy alcohólico, mientras que uno blanco muy frío puede llegar a perder intensidad en aroma y sabor. Por eso, ajustar la temperatura nos permite que cada etiqueta y vino exprese sus mejores cualidades mientras nos brinda toda una experiencia sensorial.
Temperaturas recomendadas para servir vino según su tipo:
- Vino tinto: entre 14?°C y 18?°C
- Vino blanco: entre 8?°C y 12?°C
- Vino rosado: entre 7?°C y 10?°C
- Vino espumoso: entre 5?°C y 8?°C
Toma en cuenta que estas temperaturas son recomendaciones y pueden variar mucho en función de la etiqueta individual que quieras servir. Muchas veces los productores suelen incluir el dato de la temperatura ideal para servir el vino en el etiquetado, así que pon mucha atención a la botella para servir correctamente esta bebida. Toma estas temperaturas como una guía para que sepas qué variedades deben emplearse con bastante anticipación.
Si necesitas enfriar una botella rápido, puedes colocarla en una hielera con agua y hielo y sal por 15 minutos, pero evita meter el vino al congelador por mucho tiempo, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden afectar el sabor de la bebida. Si lo que buscas es mantenerlo frío mientras lo sirves, puedes utilizar fundas enfriadoras o cubetas de hielo para asegurar que cada copa se mantenga en su punto ideal.