Además de ser una excelente verdura para cocinar platillos mexicanos, el chayote también es conocido por su sabor suave y su gran aporte nutricional. Se trata de un vegetal que no solo sirve para guisos y caldos, también puede consumirse en forma de jugo, especialmente si lo que buscas es mejorar tu salud cardiovascular gracias a los beneficios que puede aportar.
Una de las principales propiedades del chayote es su bajo contenido en sodio y su gran cantidad de potasio, dos factores clave cuando se busca mantener la presión arterial en buen estado. Además, también contiene antioxidantes, fibra y agua en abundancia, haciendo de esta hortaliza un alimento ideal para personas con hipertensión o con problemas del corazón.
Sumado a todo esto, el chayote tiene propiedades diuréticas naturales, lo que ayuda a reducir la retención de líquidos y a eliminar el exceso en el organismo. Por ello es que preparar jugos con chayote puede ayudar a controlar los niveles de presión arterial en el cuerpo y traer múltiples beneficios a nuestro organismo. Aquí te vamos a enseñar a preparar un jugo de chayote sencillo y natural que podrás tomar para aprovechar todas sus propiedades.

Receta de jugo de chayote para la presión arterial
- 1 chayote mediano
- 1 taza de agua
- 1/2 limón
Pasos:
- Lava y desinfecta el chayote antes de usarlo.
- Córtalo en trozos y colócalo en la licuadora junto con el agua.
- Agrega el jugo de limón y procesa todos los elementos juntos.
- Sirve y disfruta inmediatamente.
Te recomendamos tomar este jugo por la mañana o en ayunas para que así puedas aprovechar mejor sus propiedades. Lo ideal es tomarlo tal cual sale de la licuadora; evita colarlo para que puedas aprovechar al máximo la fibra que puede aportarte esta hortaliza. Prepáralo tres o cuatro veces por semana y complementa con una dieta saludable para que ayude a tu salud cardiovascular.
Además de este tipo de jugos, también puedes adoptar otros hábitos saludables para mejorar tu presión arterial. Por ejemplo: puedes reducir el consumo de sal o alimentos procesados, mantener un peso saludable, realizar actividad física con regularidad, evitar el exceso de alcohol y tabaco y, por supuesto, consultar con un médico para que te guíe en el tratamiento de este tipo de afecciones.