Si lo que buscas es cuidar de tu cuerpo durante los últimos meses del año y la temporada de frío, entonces el jugo de fresa, kiwi y naranja que te enseñaremos a elaborar hoy es una forma sencilla y deliciosa de hacerlo. Esta bebida es perfecta para incluir en tu desayuno y es un jugo muy fácil de hacer, lleno de propiedades que pueden ayudarte a reforzar tus defensas de forma natural. Aprende cómo preparar esta rica bebida en unos cuantos pasos.
El jugo perfecto para reforzar tus defensas
El jugo de fresa, kiwi y naranja resulta tan saludable ya que es una excelente combinación de nutrientes como vitamina C, antioxidantes y fibra. Gracias a todas estas propiedades, podremos estimular la producción de glóbulos blancos para combatir infecciones, proteger nuestras células del efecto de los radicales libres y reforzar el sistema inmunológico gracias a la vitamina C y a la vitamina K.
Por supuesto, el sabor es muy importante a la hora de preparar este tipo de bebidas. Por eso, recomendamos que, al utilizar jugo de naranja, lo extraigas justo antes de mezclarlo con los demás ingredientes para asegurar un sabor intenso y fresco. Además, procura que las naranjas estén bien maduras; esto ayudará a evitar el sabor demasiado ácido y dará un balance de dulzor bastante rico, sobre todo si consideramos que, para mantener este jugo saludable, no vamos a incluir ningún endulzante añadido.
Jugo de fresa, kiwi y naranja
Ingredientes:
- 1 taza de fresas frescas
- 2 kiwis
- 1 taza de jugo de naranja
Preparación:
- Lava y desinfecta las fresas.
- Pela los kiwis y resérvalos.
- Coloca en la licuadora las fresas sin el tallo, la pulpa del kiwi y el jugo de naranja.
- Procesa todo hasta obtener un jugo uniforme y homogéneo.
- Sirve y disfruta.
Recomendaciones
Ten en cuenta que, al elaborar este jugo, es esencial que laves y desinfectes muy bien las fresas antes de usarlas, ya que así evitamos la contaminación por químicos, bacterias y microorganismos en esta fruta. Otro consejo a considerar es que, al momento de pelar el kiwi, utilices una cuchara, ya que esto te permitirá pelarlos sin desperdiciar pulpa. Para poner en práctica este truco, solamente necesitas cortar la fruta por la mitad e introducir una cuchara entre la piel y la pulpa. Al mover la cuchara por el contorno, la pulpa se irá desprendiendo con facilidad y podrás extraerla sin problema.