Comer rico tiene un costo y uno de ellos es la inflamación estomacal, que también es conocida como distensión abdominal y es una sensación de plenitud o hinchazón en el abdomen. Puede ser causada por una acumulación de gas en los intestinos o por distintos factores, como comer el exceso, intolerancia a la lactosa, estreñimiento, deglución de aire, síndrome de intestino irritable, embarazo o síndrome premenstrual (SPM).
Afortunadamente, existen un montón de maneras para combatir la inflamación y por eso es que hoy queremos compartir contigo una receta para darle batalla a este malestar estomacal. Se trata de nada más y nada menos que de un té de menta, una infusión que ha tenido propiedades emocionales desde hace mucho tiempo.
La menta ayuda a reducir el estrés y a relajar músculos lisos; aliviar cólicos estomacales, menstruales y espasmos intestinales. Además, estimula la producción de bilis, facilitando la digestión. Ayuda a eliminar gases y calmar el sistema digestivo, debido también a sus propiedades carminativas.
¿Para qué sirve el té de menta?
Los aceites esenciales de la menta, ayuda a relajar los músculos del tracto digestivo, aliviando cólicos y espasmos estomacales. Además, también nos ayuda a aliviar los trastornos digestivos, como la inflamación, la gastritis o indigestión, gracias a su efecto calmante, pues controla las bacterias perjudiciales en el sistema digestivo, como la Helicobacter pylori, que pueden causar inflamación y úlceras.
Contraindicaciones
A pesar de que existen diversos beneficios que nos puede dar la menta, también existen algunas contraindicaciones o precauciones que hay que tener con su consumo. Por ejemplo: Si padeces reflujo gastroesofágico, puede relajar el esfínter esofágico y agrava los síntomas. No se recomienda para mujeres embarazadas, lactantes o niños pequeños sin consultar a un médico.

Receta para hacer un té de menta para la inflamación
Ingredientes
- 10 hojas de menta fresca (o 1-2 cucharaditas de menta seca).
- 1 taza de agua (250 ml).
- Opcional: 1 cucharadita de miel, limón o jengibre fresco.
Preparación
- Lava las hojas de menta fresca si las usas de tu huerto. Esto elimina cualquier suciedad o residuo.
- Pon a calentar el agua en una olla o tetera. Retira del fuego cuando esté a punto de hervir (no dejes que hierva completamente para preservar mejor las propiedades de la menta).
- Agrega las hojas de menta al agua caliente.
- Tapa el recipiente y deja reposar la infusión durante 5-10 minutos, según la intensidad de sabor que prefieras.
- Cuela el té para retirar las hojas y vierte en una taza.
- Si deseas, añade una cucharadita de miel para endulzar, unas gotas de jugo de limón o un poco de jengibre fresco rallado para potenciar los efectos digestivos.