Comenzar el día con una bebida reconfortante va más allá de preparar un simple café por la mañana. Hay una gran variedad de bebidas calientes que puedes poner a tu disposición con apenas unos ingredientes y un poco de tiempo, y que además de hacerte sentir relajado y mejor, también brindan un sabor delicioso durante el desayuno. Tal es el caso del té de menta que te vamos a enseñar a elaborar hoy.
La menta es una planta muy apreciada por su sabor refrescante. Suele usarse en postres, salsas y bebidas, pero también se aprovecha como remedio natural y casero gracias a sus beneficios. Por ejemplo, puede ayudarte a mejorar la digestión, a relajarte y sentirte más calmado, o incluso puede ayudarte a despejar las vías respiratorias si sufres de algún resfriado.
Para aprovechar todos estos grandes beneficios, basta con preparar una infusión. Consiste en agregar hojas de menta secas en agua hirviendo. Puedes realizar este proceso con hojas frescas, pero no tiene un sabor tan intenso ni marcado como las hojas reposadas y deshidratadas. Además, la cantidad de este ingrediente que incorporas a tu té determinará la intensidad de tu bebida.